sábado, 25 de agosto de 2012

En Honda, tataranietos del General José María Melo en búsqueda de su legado Por Tiberio Murcia Godoy

 Heliodoro Melo Barreto (Foto Tiberio Murcia Godoy)
los días viernes 24 y sábado 25 de agosto del presente año, visitaron la ciudad de Honda, los señores Heliodoro y Ramiro Melo Barreto, ambos naturales de  Honda. En esta ocasión vienen tras las huellas, tras el legado de quien fuera en vida su Tatarabuelo, el General José María Melo, ex presidente de la república de la actual República de Colombia en el año de 1854.
 Heliodoro Melo Barreto, Tiberio Murcia Godoy y Ramiro Melo Barreto (Foto Pinto)
, iniciaron este periplo hace ya diez años, y están haciendo lo posible para expatriar los restos del Gral. Melo, quien se encuentra sepultado en Chiapas (México), y sean traídos a Colombia. Es más, aprovechando la visita del presidente de la República Juan Manuel Santos Calderón a la ciudad de Honda, le entregaran una carta solicitando dicha intención.
Heliodoro, viene recopilando información de primera mano, o lo que denominamos fuente primaria, para demostrar la verdadera historia del Gral Melo. Y como Honda, no fue ajena a esta situación, vinieron a buscar material, pero con la mala fortuna, ya que el archivo histórico municipal lo arraso el 6 de noviembre del 2010, la creciente del río Guali, habrá que buscar fuentes secundarias que hayan narrado el paso del General Melo en la Villa de Honda.
Pero algo interesante hay en esto, tanto Heliodoro y Ramiro, como otros hermanas y hermanos son nacidos en Honda. Heliodoro nació en 1947 y Ramiro en 1948,  su padre don Heliodoro Melo  Vélez, falleció en Honda el 17 de enero de 1957, y su abuelo Norberto Melo, vivió en Honda, falleciendo aquí en el año de 1925, y Norberto era hijo de Bolivia, hija del general Melo, nacida en Venezuela
 Tumba del nieto del Gral Melo. Norberto Melo (Foto Tiberio Murcia Godoy)
 Tumba del bisnieto del Gral Melo (Foto Tiberio Murcia Godoy)
 Casa donde vivió el Nieto, el bisnieto y tataranietos del General José María Melo
 Ramiro y Heliodoro en la tumba de su padre y abuelo, aquí en el cementerio de Honda (Foto Tiberio Murcia Godoy. Agosto/25/12)
 Ramiro y Heliodoro en la tumba de su padre y abuelo, aquí en el cementerio de Honda (Foto Tiberio Murcia Godoy. Agosto/25/12)

Esta búsqueda continua, y nos alegra haber tenido la presencia de ellos en nuestra ciudad, haber conocido la casa donde vivió el nieto del General, la de su padre y la de ellos, ir al cementerio y buscar las tumbas de su padre y abuelo, pero ante todo, saber que algún día podremos leer la verdadera historia del General José María Melo, quien fuese Presidente, y saber que su nieto, bisnietos, vivieron en Honda, y que sus tataranietos, nacieron aquí en esta bella ciudad, en donde volvieron por el legado de su tatarabuelo.
Honda, sábado 25 de agosto del 2012.

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Nelson Fredy Pradilla, escribió en el periódico El Espectador, Número 34.826, del domingo 8 de noviembre del 2009, páginas 16 y 18, un artículo titulado “El Presidente no descansa en paz”, donde narra las peripecias que han venido haciendo Heliodoro y Ramiro, en el siguiente enlace se puede leer el artículo;
http://www.elespectador.com/impreso/politica/articuloimpreso170889-el-presidente-no-descansa-paz

|7 Nov 2009 - 8:58 pm


Un polémico caso para el Bicentenario de la Independencia

El Presidente no descansa en paz

Por: Nelson Fredy Padilla

Los bisnietos del Jefe de Estado de Colombia en 1854, general José María Melo, denuncian que el gobierno se niega a repatriar los restos del prócer desde México, donde fue fusilado en 1860. Perfil.



Uno de los Presidentes de la República de Colombia más desconocido aquí, el general José María Melo, es considerado héroe en México, donde murió fusilado en 1860 siendo comandante regional de las tropas de Benito Juárez. Sus bisnietos, Heliodoro —residente en Estados Unidos— y Ramiro —en Bogotá—, reclaman al Gobierno Nacional y al Partido Liberal que, con motivo del inicio de las celebraciones por el Bicentenario de la Independencia, lideren una cruzada para repatriar sus huesos desde el país centroamericano y reivindicar su papel en la historia nacional.
Los descendientes del hombre que el 17 de abril de 1854 lideró un golpe de Estado contra José María Obando completan tres años de infructuosos reclamos y hasta acciones de tutela contra el gobierno de Álvaro Uribe Vélez para que funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores concreten la exhumación y repatriación de los restos de uno de los tres presidentes nacidos en Chaparral, Tolima (los otros fueron Manuel Murillo Toro y Darío Echandía).
Quien primero se ocupó de la suerte de los despojos de Melo fue el historiador Tulio Samper y Grau. Lo hizo a comienzos del siglo pasado con ayuda del cónsul de México en Barranquilla y el ministro de Colombia en el país azteca, Luis Felipe Angulo. No tuvo éxito. En 1949 lo intentó el ministro colombiano Luis López de Mesa ante el presidente mexicano Lázaro Cárdenas. Nada formalizaron. En 1989 hubo un nuevo amago de exhumación con la anuencia de los presidentes de México, Carlos Salinas de Gortari, y de Colombia, Virgilio Barco.
El Nobel Gabriel García Márquez ayudó a que el tema fuera estudiado por el gobierno azteca. El Instituto Nacional de Antropología e Historia de México designó a una arqueóloga y a un antropólogo para que apoyaran el trabajo de campo, pero el respaldo colombiano no fue el deseado. Rafael Antonio Suárez, funcionario del gobierno de Chiapas, notificó a las partes “resultados precarios”. El antropólogo e historiador colombiano Gustavo Vargas Martínez es otro de quienes ha estado atento al caso en México y asiste cada año a los homenajes que le hace el gobierno de ese país al ex presidente colombiano.
Ahora los bisnietos de José María Melo intentan que el comienzo de las celebraciones del Bicentenario sea el momento ideal para “por fin hacer algo para que nuestro bisabuelo descanse en paz en su tierra, por cuya libertad siempre luchó”. Desde hace tres años han acudido a todas las instancias posibles. Al presidente Álvaro Uribe, a la ex canciller Carolina Barco, a los consulados, a los embajadores en México, al Defensor del Pueblo, Vólmar Pérez. Incluso, interpusieron acción de tutela que fue negada tanto en el Tribunal Superior de Bogotá como en la Corte Suprema de Justicia con el argumento de que las autoridades sí les habían respondido los derechos de petición.
Heliodoro Melo le dijo a El Espectador desde California, Estados Unidos, que de nada le sirve que cada funcionario le responda remitiéndolo a otro mientras ninguno hace nada para coordinar con sus pares mexicanos la exhumación y la repatriación. El colmo, dice, fue cuando en marzo de 2007 la coordinadora de Asistencia a Connacionales y Promoción de Comunidades Colombianas en el Exterior, Martha Patricia Medina González, le escribió pidiéndole la ubicación de la tumba de Melo, información que él ya había suministrado, y advirtiéndole que “se requiere la cancelación de costos para este tipo de diligencia, ya que el Gobierno de Colombia no cuenta con una partida presupuestal para estos casos”. Ramiro Melo, el otro bisnieto, aclara: “No estamos pidiendo caridad, sino que el Gobierno se concientice de su deber de reparación histórica para con un prócer de la historia”.
La única salvedad en medio de esta maraña de disculpas oficiales es para el embajador de Colombia en México, el ex fiscal Luis Camilo Osorio, quien desde hace dos años insiste ante las autoridades de ese país para que faciliten el proceso, ya que ahora las autoridades de Chiapas son las que no responden. Los Melo acudirán al presidente de México, Felipe Calderón, y al escritor colombiano radicado allí, Fernando Vallejo. En Colombia lo harán con el director del Partido Liberal, César Gaviria, y con el ex candidato a la Presidencia y también nacido en Chaparral, Alfonso Gómez Méndez. En la página de la Presidencia de la República se lee una biografía de José María Melo que termina así: “Algún día sus restos retornarán a Colombia”.
¿Héroe o golpista frustrado?
A juzgar por la foto que exhiben sus bisnietos, José María Melo parece un personaje caricaturesco, como lo describió el historiador Darío Ortiz Vidales: “Vestía en Bogotá con capa corta de húsar, cachucha galoneada, ancho pantalón y sable al cinto. Era de mediana estatura, lampiño, ancho de espalda, nariz abultada un tanto corva, corta y gruesa, y cabeza con los cabellos cortados al rape”. Por su alocada vida lo llegaron a calificar de Quijote. Un aventurero que se formó como militar en el ejército libertador junto a Simón Bolívar y también quiso recorrer América Latina para limpiarla de cualquier rastro de dominación española.
Tal vez quien más ayudó a perfilar al presidente Melo fue el historiador Tulio Samper y Grau: “No fue un soldado rudo, como se cree, sino intelectual, de una apreciable cultura”. Como editor del periódico El Orden, Melo popularizó su pensamiento aprovechándose de la división del dominante Partido Liberal entre gólgotas (defensores de la economía de librecambio y de una ley de desaparición del ejército) y draconianos como él (defensores del proteccionismo y de la redistribución de la riqueza entre ricos y pobres). Cuando asumió el poder decretó un empréstito forzoso entre los adinerados de la capital y se rebajó el sueldo de Presidente de 1.000 a 600 pesos.
Sus cualidades militares nadie las discutía: allegados de la época, como Juan Francisco Ortiz, e incluso reseñas del Ejército Nacional de hoy le reconocen “su especial talento para adiestrar y disciplinar tropas” al igual que sus cualidades como jinete. Sus críticos aseguran que no era ejemplo de disciplina, que asesinó al cabo Pedro Ramón Quiroz y que abandonó a su esposa e hijos en Venezuela para irse a Europa.

Estudió cuatro años en la Academia de Bremen, Alemania, donde se especializó en técnicas marciales. Paradoja: al mismo tiempo se empapó de las teorías militares que admitían políticas socialistas para redimir a los desfavorecidos frente a la economía de “la burguesía voraz”. Esta ideología terminó siendo el caldo de cultivo de las Sociedades Democráticas, integradas en su mayoría por artesanos transformados en agitadores sociales y luego en golpistas en armas.
Melo probó sus sueños revolucionarios como partícipe de la breve dictadura de Rafael Urdaneta (1830), hecho por el cual fue expulsado a Venezuela, y allí formó parte de la conspiración contra el presidente José María Vargas (1835). De vuelta en el país, Manuel Murillo Toro lo designó jefe de brigada de caballería. Luego el también general y presidente José Hilario López lo ascendió a general en 1851 y lo convirtió en directivo de la llamada Junta del Montepío Militar. Era el todopoderoso del centro del país, ratificado por José María Obando, cuando decidió dar el golpe.
¿Por qué sólo estuvo siete meses y medio como Jefe de Estado? El historiador Roberto Triana lo atribuye en parte a su carácter impulsivo. “Carecía de la previsión de un caudillo, sobreponía el sentimiento a la razón”. Creyó tener todo controlado pero generales como Tomás Herrera y los liberales radicales se tomaron Bogotá el 2 de diciembre de 1854 y lo derrocaron con diez mil soldados. Resultaron determinantes las tropas organizadas por los terratenientes Tomás Cipriano de Mosquera desde el norte del país, José Hilario López desde el sur y el apoyo del general Joaquín París desde el Alto Magdalena. El ambicioso militar que fue llamado “el emperador de los Andes” y, junto con Obando, posaban de Edipos de la época, terminó enjuiciado y desterrado del país.
Como su nombre era reconocido en Latinoamérica, estuvo en Costa Rica combatiendo al invasor norteamericano William Walker y luego el gobierno de El Salvador le encargó dirigir su fuerza pública de diez mil hombres hasta que lo despidieron temiendo a su poderío. Pasó a Guatemala, fue expulsado y terminó en México donde el gobernador de Chiapas lo recomendó con el presidente Benito Juárez, quien se identificó con él no sólo por su hoja de vida militar sino por su origen indígena pijao.
Era comandante regional el 1° de junio de 1860 cuando en la hacienda Juncaná, departamento de Comitán, Melo volvió a confiarse de su amada caballería y terminó capturado por el general Juan Ortega, quien ordenó su ejecución. Según el historiador Armando Martínez Garnica, a pesar de su trayectoria militar “admirable” en las batallas de Boyacá, Popayán, Jenoy, Pitayó, Bomboná, Pichincha, El Portete de Tarqui, Junín, Mataró, Ayacucho y El Callao, Melo resultó ser “el gran perdedor en el casino de la historiografía liberal colombiana”. Murió en su ley: en olor de guerra y con cuatro pesos en el bolsillo. Allí mismo lo sepultaron, salvándolo de los buitres, los indios tojolabales, sus hermanos de sangre.
El golpe de Estado de 1854
“Una vez estuvieron ensillados todos los caballos del escuadrón, el general Melo dio la orden de montar y salieron a la plazuela de San Francisco. Se dirigieron luego a la Plaza de Bolívar. Estaban allí también, armados de fusiles del parque oficial, los miembros de la Sociedad Democrática. Cuando ya empezaba el lunes 17 de Pascua (1854) el general Melo gritó ‘Abajo los gólgotas’. Tronó el cañón y empezó el repique de campanas y los vivas. Según Juan Francisco Ortiz, había caído la Constitución de 1853 y se había iniciado, ‘sin derramar ni una gota de sangre’ y con sólo 600 hombres, la revolución del 17 de abril. Al amanecer, envió una comisión al Palacio Presidencial para ofrecerle al presidente el mando supremo, poniéndose al frente de la revolución y declarando cerrado el Congreso. Como Obando rehusó a aceptarlo, el ejército proclamó al general Melo, quien asumió la dictadura”.
El fusilamiento
“En esa luminosa mañana de junio (1860), un destacamento formado entre las ruinas de un antiguo convento español, aguardaba, arma al brazo. Alcanzó a verse un grupo que en doble formación se aproximaba. Redoblaron los tambores con un dejo de muerte. Uno de los que esperaban dijo a su inmediato compañero: ¿A quién vamos a fusilar? Al general extranjero, le respondió el otro. Dicen que es de la Nueva Granada. A pesar de sus sesenta años de alternativas y de luchas, el general se dirigía al sitio del suplicio con noble continente. Peinaba con cuidado su cabello entrecano, y ni la sombra de una inquietud nublaba su mirada, a la vez dura y tranquila. El desfile llegó al sitio de la ejecución, y Melo levantó la cabeza y puso el pecho, ungido por las cicatrices de cincuenta batallas, frente a la boca de los fusiles. Nadie ha traído sus últimas palabras, pero es probable que no dijese ninguna. ¿Para qué, si ya había entrado en la historia?”. * Versión basada en crónicas de los periódicos centroamericanos de la época.
El Partido Liberal, con apoyo del Estado, está dispuesto a hacer todo lo que esté a su alcance para que los restos mortales del presidente Melo sean repatriados de México a Colombia lo más pronto posible”. César Gaviria Trujillo, ex presidente de la República
y director del Partido Liberal.
Tomado de:
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Gral Jose Maria Melo
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Gran General José María Melo y Hortiz nacido en Chaparral. Dejo acá su ascendencia. En los registros parroquiales el apellido Ortiz lo escribían Hortiz.Datos tomados de http://josemariameloortiz.org/genealogia/
Antepasados por linea materna:
El capitán Francisco Ortiz Moreno nació en la Vega de Supía en 1655 y se estableció en Anserma – Caldas. Se casó con Ana Santiago (ó Santiyusti) y Ortiz en 1696 natural de Arsema Vieja (Esta es Hija del Capitán Lucas Santiago (ó Santiyusti) y Catalina Ortiz de Rivera que murió en 1719).
De la anterior relación nació Nicolás Ortiz Santiago (ó Santiyusti) (Nació en Buga en 1720), este se casó con doña Ana Rosa Nagle Rojas (nacida en Buga-Valle Colombia, en 1722 y fallecida el 24 de enero de 1803). Nieta del Irlandés Pedro Nagle. Hija de don Miguel Nagle Álvarez de Toledo (alcalde de Buga y natural de Cádiz- España) y Rosa Rojas Salazar.
Son tararabuelos del General Melo. Matrimonio residenciado en Buga donde nacieron 1749 y 1765 sus siete hijas mujeres todas de nombre Maria y sus tres varones: Maria Isabel, María Ignacia, Maria Lucía, María Manuela, Maria Luisa, Maria Francisca, María Toribia, Luis, José Joaquin y Antonio Raimundo Ortiz Nagle.
José Joaquin, tio abuelo del general, abogado y uno de los firmantes del acta de independencia es el padre del poeta José Joaquin Ortiz.
Antonio Raimundo abuelo del General se vinculó a Chaparral al tiempo que allí residían parientes Nagle. Llegó como alcalde del partido de Chilirco y Cupilicúa en Ataco, se desempeñó en varios cargos entre ellos como alcalde de Chaparral. Se casó con María Ignacia Freire y Riovalle (Hija de Benito Freire, Oriundo de la villa de Pontevedra de Galicia-España, este hijo legítimo de los españoles Benito Freire y Bernarda Salino). Don Benito Freire se embarcó junto con Casimiro de Soto en el navío de san Felipe el real, para llegar a Cartagena de indias donde estuvo dos años y después se trasladó a Cartago y Buga, se casó con doña Bernabella Fernández de Riovalle y Salazar de Santacruz sepultada en Buga el 16 de enero de 1798.
Son los padres de María Antonia Ortiz Freire (Nacida el 11 de enero de 1781 en Buga) quien a su vez se casó en Chaparral con Manuel Antonio Melo de la Abadía (nació en 28 de septiembre de 1771 en Cartago-Valle) y de la relación anterior nació el General José María Dionisio Melo Ortiz.

Por linea paterna los Melo son originarios de Cartago y descienden de José Melo, colombiano, descendiente de inmigrantes de Portugal y Ana Manzano, colombiana, descendiente de inmigrantes españoles.
De la anterior relación nacieron:
Nicolás Melo Manzano y Juan Francisco Antonio Melo Manzano (nacido en Buga el 16 de abril de 1761), quien se casó con María Francisca de la Abadía y Loayza (nacida en Buga el 28 de enero de 1743) hija del español Juan de la Abadía Gorbea y Borda que se trasladó al Nuevo Reino de Granada y se avecindó en la ciudad de Cartago, donde se le conoció con el nombre de “El Chapetón” quien se desempeñó en varios cargos en el gobierno, se casó con Jerónima de Loaiza Ramírez, oriunda de la ciudad de Anserma y de viejas familias raizales del Valle del Cauca.
Los Melo Abadía abuelos del General fueron padres de 11 hojos, ocho mujeres y tres varones entre éstos Manuel Antonio Melo de la Abadía (28 de septiembre de 1771 en Cartago) padre del expresidente Chaparraluno quien fuera alcalde de Chaparral.
Con su familia se trasladó a Ibagué donde fijó residencia. Con su hijo se vinculó como Capitán a la campaña libertadora reclutados por Bolívar en Ibagué donde habia sido alcalde. Hicieron parte de la campaña libertadora de Perú, Ecuador y Bolivia.
Jose María Melo se casó con María Teresa de Vargas Paris cuñada del General venezolano Rafael Urdaneta. Tuvo dos hijos, Bolivia Melo Vargas y José María Melo Vargas quién falleció en el lago de Maracaibo en 1850.
Bolivia vivió 94 años. Nacida en 1832 falleció en Caracas en 1925. Tuvo un hijo de nombre Norberto Melo residenciado en Honda donde falleció en el mismo año que su madre, 1925. Del nieto del general proceden siete hondanos Melo Vélez.


Nuevamente se casó, en 1843, con la panameña Juliana Granados, con quien tuvo un hijo, Máximo, con quien llegó a México en 1860, cuando éste tenía 15 años y 60 el general. Se casó con Amada Corzo y su familia es reconocida por su acendrado liberalismo.

Un hermano del general José María Melo fue el sacerdote Manuel Vicente Melo Ortiz, en su testamento manifiesta que tuvo tres hijos con Buenaventura Robayo de Ibagué y María de Jesús Piedrahita de Cartago.
En este link se hace un interesante relato de la vida del ilustre chaparraluno.

sábado, 11 de agosto de 2012

Proyecto LARA, “Latin American Roaming Art” programa piloto internacional que se desarrolla en Honda, Tolima Por Tiberio Murcia Godoy

 Desde el 7 hasta el 17 de agosto, del presente año, estarán en Honda, Tolima, ocho artistas de América latina en el proyecto “Latin American Roaming Art” un proyecto de Asiaciti Trust (“LARA”) con la colaboración de Alexia Tala, curadora independiente de arte contemporáneo.
Este proyecto “invita a los artistas a participar en una residencia en un lugar específico en un país latinoamericano, para luego producir una obra de arte, en respuesta a su experiencia, y mostrarla en una exhibición colectiva. Se considera “itinerante” ya que cada año la residencia y posterior exhibición se lleva a cabo en una locación y país diferente en Latinoamérica.
Es intrínsecamente itinerante (no hay país específico como base), sin perder su estrategia central y su propósito. La locación sirve como inspiración detrás de cada obra de los artistas”
 Proyecto LARA:
Según la pagina web  http://www.laraproyecto.org/blog  “El proyecto es considerado “itinerante” (roaming), ya que cada edición tendrá lugar en una locación y país diferente dentro de Latinoamérica. Es intrínsecamente itinerante (ningún país específico como base) sin perder su estrategia central y su propósito. La locación sirve como la inspiración detrás de las obras de cada uno de los artistas. El resultado será una exhibición con diferentes enfoques en respuesta al entorno, que sin duda estará vinculada por el hecho de compartir la experiencia de una misma residencia.


    LARA busca iniciar el discurso, el pensamiento crítico y la interacción con las comunidades locales latinoamericanas a través del concepto de creación por medio de la experiencia. Está estructurado para permitirle al artista reflejar la diversidad de los temas del paisaje, políticos, sociales, antropológicos y etnográficos de la locación que visitan. Como un emprendimiento filantrópico busca introducir, además, arte y cultura en áreas no privilegiadas, proporcionando talleres educativos para las comunidades locales.”

    LARA es una excelente oportunidad para que los artistas sean parte de una residencia completamente financiada, para que exhiban en el extranjero y ganen visibilidad en Asia. LARA está comprometido a aportar con el fomento del arte contemporáneo latinoamericano”.

Curadores LARA 2012
 “Alexia Tala curadora general del Proyecto LARA. Curadora independiente. Fue co-curadora de la primera Bienal de Performance Deformes (Chile, 2006), co-curadora de la exposición de Museum Man Historia de la Desaparición (archivos Franklin Furnace - Centro Cultural Palacio La Moneda, Chile, 2007), curadora de Focus Brasil (Chile, 2010) y co-curadora de la Octava Bienal de Mercosur (Brasil, 2011). 

Escribe para revistas de arte en América Latina y en el Reino Unido, es autora del libro Installations and Experimental Printmaking (Reino Unido, 2009). Actualmente trabaja en varios proyectos independientes y es co-curadora de Solo Projects: Focus Latinoamérica de ARCO 2013”.
 José Roca
(Barranquilla, Colombia, 1962) Curador colombiano. Actualmente es el Curador Adjunto de Arte Latinoamericano Estrellita B. Brodsky en la Tate Gallery en Londres, y Director artístico de FLORA ars+natura, espacio de creación contemporánea en Bogotá. 

Manejó por una década el programa de artes del Banco de la República en Bogotá, Colombia. Fue co-curador de la I Trienal Poli/gráfica de San Juan, Puerto Rico (2004); la 27 Bienal de São Paulo, Brasil (2006); el Encuentro de Medellín MDE07 (2007); del proyecto de intervenciones artísticas Cart[ajena] en Cartagena de Indias, Colombia (2007), y curador de numerosas exposiciones en América latina, Estados Unidos, Europa y Asia

 Fue jurado de la 52 Bienal de Venecia (2007), Director Artístico de Philagrafika 2010, un evento trienal de gráfica contemporánea en Filadelfia (2010), y Curador General de la 8a. Bienal de Arte de Mercosul en Porto Alegre, Brasil (2011). Vive en Bogotá”.

Los artistas
 Adriana Bustos (Argentina) ; Egresada de la Escuela de Bellas Artes Figueroa Alcorta y de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Cordoba. Ha hecho parte “de  la quinta Bienal de Mercosur, la segunda Bienal del Fin del Mundo y la versión 11 de la Bienal de Estambul. Cuenta con distinciones como el Cultural Chandon – Córdoba (2004, 2005 y 2006), el Premio Fotografía OSDE (2006), la Fundación Andreani (2007) y el Premio Roggio a las Artes Visuales (2008)”.

“Adriana  ha sido artista residente en: El Basilisco (Avellaneda); Residencia Internacional para Artistas en Argentina, RIAA (Ostende); Braziers (Oxford); Phoenix Art (Brighton) y La Guarda (Salta). Asimismo, ha recibido becas del Fondo Nacional de las Artes, dela Fundación Antorchas, de la Secretaría de Cultura, del Instituto Goethe y de Art Council (Reino Unido).

Sus obras se han exhibido tanto en Argentina (Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires, Museo de Arte Contemporáneo de Rosario, Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, entre otros) como en México, Brasil, Colombia, Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Italia y Francia”.

Alejandra Prieto (Chile); Nació en 1980, en Santiago de Chile. Actualmente vive y trabaja en Santiago de Chile. Es Licenciada en Artes Visuales de la Universidad Católica y Magíster © en Artes de la Universidad de Chile. Entre sus exposiciones destacan Expediente Die ecke 01 (Fundación Valenzuela y Klenner, Bogotá, Colombia), López Show (Roebling Hall, New York, EE.UU), Gretel y Lágrimas Negras (ambas exposiciones individuales en Galería Dieecke, Santiago Chile). Ha participado además en la VI Bienal Internacional de Arte SIART (La Paz, Bolivia) y la Trienal de Santiago (Museo Arte Contemporáneo, Santiago, Chile). Ha sido becada por el FONDART (Consejo Nacional de la Cultura, Chile) y ha recibido el Premio a la creación joven en Artes Plásticas, Unión Latina, París, Francia. Recientemente ha recibido el primer premio del concurso para artistas convocado por la CCU y realizará un programa de residencia en Nueva York y una exposición individual en Y Gallery en la misma ciudad
Minerales y materiales orgánicos, como el carbón, se encuentran entre los elementos que Prieto utiliza para concretar su obra
“La artista visual ha participado en diferentes Bienales dentro de Latinoamérica, como la VII Bienal Mercosur “Proyectables” efectuada el año 2009 en Porto Alegre, Brasil y ha obtenido en tres oportunidades premios Fondart. Entre sus exposiciones destacadas se encuentran “Cohortes” (2009) presentada en el Museo de Arte Contemporáneo en Santiago y recientemente “Lágrimas Negras” (2011), realizada en la Galería Die Ecke de Chile. En la actualidad se encuentra preparando nuevas exhibiciones para diversas galerías nacionales”.

Rosario López (Colombia); Artista y docente de la Universidad Nacional. Estudió Artes Plásticas en la Universidad de los Andes de Bogotá y luego viajó a Londres donde realizó una maestría en escultura  en Chelsea College of Art and Design. Ha participado en exposiciones en México, Canadá, Colombia, Venezuela, Brasil, Francia, España, Italia y Estados Unidos. En el 2008 fue nominada para el V Premio Luis Caballero y en el 2007 fue seleccionada por el distinguido curador norteamericano Robert Storr para participar en la Bienal de Venecia. Actualemnte su obra hace parte de la exposición A Ciel Ouvert, Le Nouveau Pleinairisme que se esta presentando en el Museo Nacional de Bellas Artes de Quebec en Canadá”.
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Nicolás Consuegra (Colombia) ; “( 1976). Estudió arte en la Universidad de los Andes de Bogotá y realizó una maestría en Artes con énfasis en escultura y procesos interdisciplinarios en el Pratt Institute de Nueva York. Consuegra ha sido invitado a presentar su trabajo en los principales espacios expositivos y eventos artísticos del país, tales como la Biblioteca Luis ángel Arango (Bogotá), la Alliance Française (Bogotá), 40 Salón Regional de Artistas(Bogotá), 41 Salón Nacional de Artistas (Cali) y el Encuentro Internacional de Medellín —MDE07. Los proyectos desarrollados por Consuegra son sensibles al contexto, audiencia y momento en que son exhibidos. Adicionalmente a sus proyectos personales, Consuegra es cofundador y miembro del comité editorial de la Revista Asterisco (revistasterisco.org) —una publicación independiente de arte de Colombia.

Nicolás Consuegra vive y trabaja en Bogotá, Colombia.”
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Ximena Garrido-Lecca (Peru); BA Fine Art, Catholic University of Peru, Lima ( 1997-2001); Pos-Graduate Diploma Fine Art, Byam Shaw School of Art, London (2001-2002); MA Fine Art, Byam Shaw School of Arte, London (2003-2004). Es una artista de origen peruano que vive en Londres. Ha ido derivando su inquietd hacia las instalaciones y la escultura, desarrolla paralelamente una interesante práctica de galerismo y curaduría de arte. Ella explora en procesos de comunicación e intercambio cultural. Utiliza, por ejemplo el lenguaje visual de los sectores populares y lo integra a su  obra, para destacar la mezcla entre lo que es considerado “arte fino” y  “arte popular. Actualmente expones en la Saatchi Gallery de Londres.
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Leyla  Cárdenas (Colombia); Maestra en Artes Plasticas de la Universidad de los Andes, cuenta con un MFA en escultura de la Universidad de California en los Angeles /(UCLA). Ha participado en exposiciones indiviudales y colectivas en Estados Unidos y Colombia entre las cuales se destacan: “Land Grab” realizada en Apexart en Nueva York (2007); “Spectral Glimpse” en Platform Gallery en Seatle (2007); “Traces of Displaced Recollections” realizada en D.E.N Contemporary Art en Culver City, California (2006); “Removido”, Galeria Casas Riegner (2008) y “Con Posición Descompuesta” Galeria Casas Riegner (2010). En el 2008 recibio el premio MOLAA y en el 2010 participo en un taller dirigido por el artista Mona Hatoum en Santander España en la fundación Marcelino Botín”.
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Pablo Uribe (Uruguay); 1962. Montevideo. Trabaja tiempo, sonido e imagen. Trabaja video “Glocal” en donde lo global se funde con lo local. Es justamente ese carácter dialógico lo que ubica la propuesta de Uribe en el centro de la problemática contemporánea. Las tensiones, angustias y desafíos de lo propio en un mundo deslocalizado. La videoinstalación Atardecer integró el envío uruguayo a la 53 Bienal de Venecia, Italia (2009).  Y se exhibió en 15th Annual Los Angeles Art Show, Estados Unidos; Modem Art Centre, Debrece, Hungria; y MMX Open Art Venue, Berlín, Alemania (2010).”.
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 Caio Reisewitz ( Brasil); Fotógrafo.   (São Paulo, 1967) se graduó en Comunicación Visual en la Fundación Armando álvarez Penteado en 1989. A principios de los noventa asiste a la Fachoberschule för Gestaltung de Darmstadt y entre 1992 y 1997, a la Universidad Johannes Gutenberg, en Mainz, donde se especializa en fotografía. Su salto a la escena internacional es muy reciente, y se ha consolidado con su participación, en 2004, en la Bienal de São Paulo (fue el único fotógrafo brasileño) y, en 2005, en la Bienal de Venecia, donde representó a su país. Trabaja con la galería Brito Cimino en São Paulo; últimamente ha expuesto en galerías de Milán y de Frankfurt. 
.La obra de Caio Reisewitz supone una mirada continua sobre el olvido que el medio natural sufre por parte del ser humano y sobre las repercusiones que nuestras acciones tienen sobre el medio ambiente. Sus fotografías de gran formato recuerdan a aquellos paisajes del romanticismo alemán en los que la figura humana aparecía perdida en un entorno natural dominante y avasallador, y sirven para reproducir una experiencia de la mirada que se permite el tiempo de la reflexión antes de la captura.
Leyla,  Adriana, y Nicolas
 El curador local (Colombia) José Roca
 Adriana Bustos, Aregentina, al fondo  Rosario López, Ximena Garrio.Lecca y Caio Reisewitz 
 Los artistas disfrutando de la terraza en la biblioteca del Banco de la República en Honda
  Los artistas disfrutando de la terraza en la biblioteca del Banco de la República en Honda
Una pose más
El Premio

En cada edición, LARA ofrecerá un premio a uno de sus artistas participantes. Para LARA 2012 el artista elegido tendrá una residencia en el Museo Metropolitano de Manila, en Filipinas. El Programa de Residencias de Artistas del Museo Metropolitano proporciona un vehículo para intercambiar perspectivas multiculturales, así como un contexto para comprender diferentes formas de arte, expresiones y temas del arte contemporáneo alrededor del mundo. La residencia busca promover un diálogo contemporáneo entre el artista latinoamericano y artistas locales, curadores, educadores de arte, museos y comunidades de artistas. El programa proporciona al artista la oportunidad para experimentar un sector vibrante de la escena asiática del arte contemporáneo.

El programa comprenderá también visitas a lugares de interés histórico (ejemplos de influencias culturales hispánicas dejadas en la estructura urbana de la vieja Manila), galerías, museos, talleres de estudios de artistas, y viajes a comunidades de artistas.
El beneficiario del Premio LARA será anunciado el 16 de marzo de 2013 en la ceremonia inaugural de la Exposición LARA. El artista será seleccionado por un panel internacional de jueces, incluyendo al Presidente del Museo Metropolitano de Manila.

El artista seleccionado tendrá la oportunidad de consultar con el Museo Metropolitano de Manila para construir un programa que esté sujeto a sus intereses, investigación y preferencias.

El premio LARA será totalmente patrocinado por el Asiaciti Trust Group.


Así que este es un momento histórico del arte y que está aconteciendo en la ciudad de Honda, gracias a los buenos oficios de José Roca, quien como muchos se enamoro de Honda, y se quedó en ella. Esperamos los mejores resultados de este primer proyecto LARA, y así Honda, ingresa en la mira de los ojos del arte internacional.
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Bibliografía:



http://mde11.org/?page_id=325  (Adriana Bustos)
http://dardonews.com/dardonews/ex.posicion/caio-reisewitz-agua-que-cai

Fotografías. Tiberio Murcia Godoy, José Roca y pagina web de laraproyecto.org

Jaime Buitrago "Pescadores del Magdalena" libro constumbrista

Libro de 237 paginas, escrito por Jaime Buitrago y publicado por Editorial Minerva . Bogotá. 1938. Aquí hay suficiente información sobre el arte la pesca, la constumbre de los pescadores, vocabulario de los mismo, lugares de pesca, el tesoro del Mesuno, en fin un libro que resalta a los pescadores del Magdalena, pero su ciudad protagonistas es Honda Tolima.
Este libro catalogado por la Biblioteca Luis Ángel Arango, y que podemos solicitar a la Biblioteca de Honda, se puede pedir así
PESCADORES DEL MAGDALENA
JAIME BUITRAGO.
CO
863.6
B84p
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Presentación PESCADORES DEL MAGDALENA, novela de Jaime Buitrago


Público
 · Organizado por Diente De León. Editor

Pescadores del Magdalena cuenta, desde una visión idílica, lo que habitualmente se vivía en la profunda soledad de las orillas del río y en poblaciones —cercanas a la ciudad de Honda (Tolima)— habitadas por pescadores pobres, aunque crédulos frente a la dura vida cotidiana que marcaba el principio del siglo xx. El narrador descubre una realidad que si bien le es ajena, se ocupa en la tarea de conocerla y entenderla en su más amplia dimensión, incluso en su exótica sonoridad, porque los personajes a los que les otorga una voz, despliegan en sus rutinas un lenguaje de resonancias arcanas.

En su vibrante musicalidad ese lenguaje, de empleo cotidiano, desentraña la mezcla cultural de grupos y tradiciones que en el caso de la novela de Buitrago Cardona se confunde con el uso de una exuberante oralidad. Describe así rituales y creencias que cruzan las riberas habitadas por grupos y comunidades de pescadores sometidos al influjo y devenir azaroso del río.

El escritor ahonda en la atmósfera de una identidad cultural que demanda su propio retrato. Construye un escenario para la marginalidad y agrega a él la descripción de unas costumbres que bordean lo informal, lo inestable de grupos humanos que sufren la exclusión. Para ello elige un territorio, una geografía sorprendente y desde allí profundiza en sus particularidades históricas que envuelven el destino de unos personajes en un río variable, impetuoso e imprevisible.

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Tomado de;

https://www.facebook.com/events/579658738871760/
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179431.
Autor: Marcela Croitoru
Título: Raizal, ¿perteneciente o relativo al origen de algo?
Fecha y hora: miércoles, 03 de julio de 2013, 20:41 h


Buenas tardes, Ignacio:

Hoy, al analizar los pocos ejemplos de uso de raizal como adjetivo en el banco de datos de la RAE, he observado que no está nada mal. Todos son de Colombia.

No sé si la explicación que doy, sin acudir a algún libro que me influya, es acertada.

Los adjetivos arzobispal, arquitectural, cerebral se han formado aplicando el sufijo -al a la base, los sustantivos arzobispo, arquitectura, cerebro. El significado de los adjetivos obtenidos de este modo es «perteneciente o relativo al arzobispo, arquitectura, cerebro».

El sustantivo raíz, en la quinta acepción, significa «causa u origen de algo», de ahí que
raizal pudiera ser también adjetivo con el significado 'perteneciente o relativo al origen de algo'.

Copio unos ejemplos para ver si podemos interpretarlo así.

Cuando al río Magdalena le van a entregar una canoa nuevecita, olorosa a mujer virgen, hacen fiestas singulares como si se tratase de un matrimonio. Matan gallinas y lechona o preparan un huelgo de pescado para obsequiar a los hombres y mujeres que acuden al convite. El anisado entra también de anfitrión en la comitiva, y no ha de faltar la murga raizal que, con dulzuras de albogues, desfleque sus tradicionales bundes (Jaime Buitrago, Pescadores del Magdalena, 1938).
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Tomado de;
http://cvc.cervantes.es/foros/leer_asunto1.asp?vCodigo=44602
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Link

https://issuu.com/aliciaesta/docs/polilla_16__abril_de_2017



lunes, 6 de agosto de 2012

Honda o la memoria que se ahoga por Carlos Hernández. Periódico La Patria


En verano el Gualí es un río manso. Es bajo, y en su paso por Honda las aguas corren en medio de islotes de arena y piedras sobre las que se posan las garzas. Así se ve unos 400 metros antes de desembocar tranquilamente en el Magdalena. Pero cuando llegan las lluvias se termina ese sosiego, y el Gualí se crece enfurecido y arrasa mientras ruge, como el 6 de noviembre del 2010.  Ese día subió 10 metros y desestabilizó casas, parques y cafés, se llevó cultivos de plátano, mandarina, naranja y yuca, pero sobre todo puso a temblar la historia del municipio, descubierto en 1539.
Al puente López, capaz de soportar 20 toneladas, le remeció los estribos y le dejó lo que pareciera el mordisco de un gigante, un boquete inexplicable que ha obligado a mantener interrumpido hasta hoy el tránsito vehicular. Ahí se comienza a notar el golpe a la historia. El nombre de la estructura es una forma de recordar a Pedro Aquilino López, padre del expresidente Alfonso López Pumarejo, nacido en Honda. Además, que esto ocurra en la llamada Ciudad de los puentes no deja de ser una paradoja, a pesar de que históricamente han sufrido por los arrebatos del Gualí.
“Prometieron que esto lo terminaban en agosto”, se queja Luis Alberto Aguirre, plomero y bombero a quien en el pueblo identifican por su apellido. Parado en el puente protesta porque “no ha habido autoridad competente para esto”. Apenas vio a los reporteros salió de la nada y comenzó a guiarlos.
Es un hombre añoso y menudo, pero intrépido. Para enseñar los daños de la estructura se aferra a la baranda y saca medio cuerpo, como si quisiera lanzarse al agua: “mire, mire”, y señala el deterioro de los estribos. Se va al lado del mordisco y vuelve a señalar por debajo: “¿sí ve esos cables de teléfono? Eso es lo que sostiene al puente, porque lo atraviesan. De lo contrario ya se habría caído”.
La socavación del río en ese extremo indica que una nueva creciente de grandes proporciones cogería rumbo hacia la Calle del Palomar, sinónimo del apogeo comercial desde la Colonia. Allí hay entre informales ventas de ropa y locales de calzado, y termina en la Biblioteca del Banco de la República. Édgar Giraldo, amigo de Aguirre, sentado en una silla del hotel que allí administra teme que ni siquiera sea necesario esperar el retorno de las lluvias. “El río nace en el Nevado del Ruiz, así que si hay un deshielo se crece y esto se va”. En una libreta mantiene anotados el número celular del contratista de las obras, iniciadas en el 2010, e incluso el número del convenio, como una forma de mantener enterado de los avances. Su preocupación lo impulsó a enviarle un derecho de petición al Invías en junio pasado, pero hasta hace dos semanas no le habían respondido. Los trabajos están detenidos. “No se explica uno por qué, siendo esta situación tan grave, nada se ha terminado”.


El archivo que se fue
La necesidad universal de darles nombre a las cosas ha encontrado en Honda una posibilidad de explotar los apellidos de quienes han sido sus personajes ilustres. Al puente López se le suman el Navarro, el Agudelo y el Luis Ignacio Andrade; el parque José León Armero; las cuestas Míster Owen y Zaldúa; las casas Paz Llano, Castro Parra y José María Samper; la botica Manuel Arturo Cerón y la avenida Soto Camero, por poner algunos ejemplos.
También se cuenta el Centro Cultural Alfonso Palacio Rudas, que data del siglo XVIII y lleva el nombre del hondano más recordado, quien fue desde diputado hasta Ministro de Hacienda y constituyente. Esa edificación colonial es la víctima patrimonial más notable del Gualí. Está a pocos metros del puente López y la fuerza de las aguas le arrancó su parte posterior: la biblioteca y la mayoría del archivo municipal, que allí estaban, se hundieron en la portentosa borrasca. Hoy, con sus pasillos y salones a la intemperie, el Centro Palacio Rudas es la fiel evidencia del peligro al que se expone el patrimonio hondano, más si se recuerda que el sitio fue iglesia de los jesuitas y hospital, uno de los primeros del país.
Esto lo sabe bien Tiberio Murcia Godoy, presidente del Centro de Historia del municipio. Es un profesor que anda de gafas y camisa por dentro del pantalón, debajo de la que usa una camisilla cuello redondo a pesar de los 27 grados de calor. No suda.
Su amor por Honda lo ha llevado a escribir libros que tienen esa virtud de contar la historia como si se tratara de un cuento. Para la muestra, “Hechos y curiosidades de personajes en la historia de Colombia y el mundo acaecidos en la Villa de Honda”, en el que narra, por supuesto, hechos determinantes para el curso de la ciudad, pero también anécdotas de poco realce que, sin embargo, refuerzan ese halo de vida centenaria que se siente en las calles hondanas. Escribe, por ejemplo, que “el Libertador Simón Bolívar bailó su último vals en la Villa de Honda”, o que “en la quebrada Seca”, que pasa por allí, “muere ahogado Roque Gutiérrez, herbolario del sabio José Celestino Mutis”, líder de la expedición botánica.
Ese nivel de detalle en su conocimiento le permite al profesor recordar que aquello que se perdió del archivo municipal era más que un tesoro para su villa. “Había correspondencia oficial de los siglos XVIII y XIX en la que se leían, por ejemplo, los nombres del expresidente Marco Fidel Suárez y del jefe guerrillero liberal Ramón Marín, el Negro Marín (nacido en Marmato y sepultado en Honda). También estaban las cédulas de extranjería de alemanes, franceses y polacos que llegaron a comienzos del siglo XX”, información crucial si se tiene en cuenta que en esa época dorada el municipio, cuya economía fue impulsada por la navegación en el río Magdalena, era centro de desarrollo en el país.
Honda llegó a contar con 10 bancos, incluidos de Canadá y Alemania, y con consulados inglés, español, francés y estadounidense. Su ubicación en el centro del país lo tuvo como candidato para ser capital de la república. “Esta población creció en el siglo XX, y en el archivo perdido había mapas y planos de esa época”, continúa el profesor. “Además, periódicos de 1887, demandas judiciales y documentos de cuando era la sede de gobierno de la República Independiente de Mariquita”. La biblioteca, perdida en su totalidad, contaba con libros, al menos, desde 1838.


Un municipio a tientas
El Gualí afectó enormemente al municipio en 1985, tras la erupción del cráter Arenas del Nevado del Ruiz. Fue esa la alerta para pensar que eran necesarias obras que impidieran la afectación de los puentes y mitigaran el riesgo de patrimonios arquitectónicos como el Centro Cultural Palacio Rudas. El arquitecto Juan Carlos Molano, secretario de Planeación de Honda, recuerda que un estudio definió que se debían construir 23 presas para detener la socavación del río, algo que nunca se ha logrado. Hasta 1994 se levantaron muros que paulatinamente se deterioraron, y “hasta 1997 las autoridades trabajaron en coordinación, pero de ahí en adelante las administraciones no tuvieron claridad técnica y desde entonces ha ocurrido lo más grave”.
Ahora hay 22 puntos críticos identificados a lo largo de los casi siete kilómetros del río que pasan por Honda, y la intervención en ellos la calcula la actual administración en $188 mil millones.
¿Por qué se dejaron coger ventaja de la naturaleza, sabiendo lo que estaba en juego? El profesor Tiberio, sin dudarlo, responde: “los dirigentes han estado ahí, pero no saben la importancia de Honda, no tienen idea histórica de la ciudad”.
Su amiga Paula Andrea Tamayo, directora de la Biblioteca del Banco de la República, pone como ejemplo el protocolo notarial del municipio, lo único que se salvó en la debacle del Centro Cultural. Se trata de titulaciones, registros de ferrocarril y de navegación, entre otros papeles que permiten conocer qué familias compraban o vendían casas u otras propiedades. Tiberio advierte que una revisión de esos documentos “aclararía muchas cosas”, incluso porque allí constan hasta ventas de esclavos.
El protocolo se salvó porque días antes de la creciente un funcionario ordenó cambiarlo de salón. La Alcaldía le pidió a la directora que separara un espacio en la Biblioteca, donde hasta hoy reposan los manuscritos gracias a un convenio. Están en un salón de tres por tres metros donde el olor a polvo provoca estornudos y el amarillo y la fragilidad de los papeles, algunos de 1889, muestran que algo no anda bien. “Está altamente contaminado y tiene folios descuadernados amarrados con piolas, como si se tratara de expedientes de juzgado”, se queja Tamayo.
El deterioro se debe a que nunca lo han sabido manipular. Ella cuenta que, a lo largo de su historia y antes de llegar al Centro Cultural, el protocolo lo sacaron de la notaría para llevarlo a la sede de una fundación, y luego fue a parar a una casa. Expertos del Banco de la República ya concluyeron que hay documentos insalvables, por lo que es necesario hacer un diagnóstico para definir qué sirve y qué se debe desechar.
No es claro por cuánto tiempo estará bajo la custodia de la Biblioteca, a pesar de que el convenio inicialmente fue firmado por un año. La Alcaldía, explica la directora, se debe encargar del tratamiento, algo que parece difícil debido a las condiciones económicas del municipio, que desde hace un año y medio está acogido en la Ley 550 o Ley de Quiebras.
El colmo de las limitaciones para la administración comenzó a finales del año pasado, cuando elInvías, que sirvió como intermediario para aportar $1.400 millones de regalías para algunas obras, entre las que están las del puente López, anunció que no giraría una suma igual con la que se había comprometido. El secretario de Planeación informa que la causa fue una aparente demora de la administración anterior para entregar unos documentos, y que hasta ahora les siguen negando el dinero. Por eso los trabajos están detenidos (ver más abajo Desde el Invías).
Así se pierden las esperanzas a corto plazo para recuperar el Centro Cultural, toda vez que, de acuerdo con la jefe de la Oficina de Cultura y Turismo del municipio, Paola Reyes, el Ministerio de Cultura condicionó su apoyo hasta que el terreno sobre el que se encuentra la edificación vuelva a ser estable. A la biblioteca le quieren buscar una sede nueva, aunque primero la administración debe hacer un inventario de sus propiedades. “Llegamos a un punto en el que no se sabe cuántos bienes tiene el municipio”, admite la funcionaria.
También tendrá que lidiar con el descuido de los mismos ciudadanos, pues admite que algunos, dueños de casas tradicionales pero faltos de consciencia sobre aquello que poseen y habitan, “las dejan caer y las terminan vendiendo muy baratas a extranjeros que montan negocios”.


Posibilidades
El profesor Tiberio, crítico como es de la dirigencia de su pueblo debido a la desidia que ha demostrado hacia el patrimonio, le saca en cara que “el pasado de Honda es el que lo impulsa a su futuro, porque no solo se trata de la historia de este municipio, sino de la región y del país”.
Para ello recuerda que el próximo 18 de agosto el presidente Juan Manuel Santos los visitará para sancionar la Ley Alfonso Palacio Rudas, que contempla, entre otros, un plan de $45 mil millones para conservar y restaurar la arquitectura del centro histórico, declarado bien de interés cultural nacional.
La jefe de Cultura y Turismo quiere aprovechar más la inclusión de Honda en la Red de Pueblos Patrimonio, de la que ya han recibido recursos para invertir en el puente Navarro y están en camino otros para señalización turística. Agrega que tiene un proyecto de arreglo de fachadas.
La gente, sin embargo, sigue inquieta y ha comenzado a actuar por su cuenta. Édgar, el administrador del hotel en la calle del Palomar, anuncia que viajará a Bogotá a que le respondan su derecho de petición. Aguirre, el plomero intrépido, advierte que él y sus paisanos piensan adelantar un paro cívico. Llevan mucho tiempo escuchando las excusas oficiales, y simplemente no entienden que los encargados desaprovechen estos días de verano para avanzar con los trabajos, cuando el Gualí es un río manso.
Desde el Invías
Carlos Fernando Méndez, director del Invías en Tolima, opinó que “es lamentable y da mucho pesar perder este tiempo para trabajar en el puente debido a una gestión tardía de la administración pasada”, pero que hay un lío jurídico que es necesario resolver para que los $1.400 millones que faltan se le puedan girar al municipio. Aclaró que es dinero de regalías. “Buscamos la viabilidad jurídica y financiera para reembolsarlos. Hay varias opciones: hacer una aclaración al convenio, tratar de que el Departamento Nacional de Planeación nos reponga esos $1.400 millones, o liquidar el convenio y hacer uno nuevo ligándolo al anterior”. La definición se daría a finales de agosto y, en caso de que se reanuden las obras, tardarían tres meses.
Se quejan
Héctor Muñoz, desempleado
¿Quién se atreve a venir al municipio con esto como está?
Donaldo Novoa, comerciante
Hay que vivir con el riesgo, como en Japón. Por las obras cerraron una calle y las ventas han disminuido un 50 por ciento.
Fernando Parra, de una revueltería
Desde el año antepasado mucha gente no viene como antes.
Arcadio Reyes, comerciante
Con los trabajos quedamos muy encerrados. Han rebajado las ventas porque ya por aquí no pasan carros.
Héctor Devia, asesor de un hotel
Aquí lo que hay es una desidia estatal. No han cumplido siquiera con una acción popular que ordenó hacer obras desde el 2005.
Tomado de: