El cementerio de Honda es uno de los pocos del país donde están sepultadas personalidades de la historia económica, social, política, periodística, comercial y cultural. Allí se confunde el humilde con el que fuera potentado, el colombiano con el extranjero, al fin y al cabo la muerte será el destino de todos.
Pero aquí resalta entre mausoleos y tumbas estrambóticas una que con frecuencia es visitada, sino diariamente, todos los fines de semana y en especial los lunes. Esa tumba tiene velones, flores frescas y pertenece a María Jesús.
María Jesús fue una indigente que falleció a mediados de la década de los setentas del siglo XX, y al no encontrarse ningún documento de identidad se le dio ese nombre para identificarla.
Allí, entorno de la tumba, de la noche a la mañana se inició una romería de personas que van a pedirle algún favor o que les conceda un milagro, pues según dicen los que la visitan, María Jesús es milagrosa, por eso se observan algunos rezando u orando, pero siempre pidiendo o agradeciendo algún favor concedido.
María Jesús era una mujer indigente, alta, escuálida, de piel blanca con edad aproximada de cincuenta años. Dormía a la intemperie, donde la noche le cogiera, su cama era el piso de un andén, y su techo el alero de una vivienda, recorría la plaza de mercado y otros sitios del centro de la ciudad mendigando un bocado de comida para poder subsistir en este mundo de tristeza y abandono que le correspondió vivir.
Falleció en una de esas madrugadas frías que hacen en Honda. Dormitando y recostada en una de las puertas del costado occidental de la plaza de mercado, allí en posición fetal y apretando unos billetes de dos pesos en su mano derecha, la ciudadanía descubrió su cadáver.
Las autoridades competentes hicieron el levantamiento de su cuerpo, y conducido a la morgue del cementerio para los fines pertinentes, al no encontrársele documento alguno que la identificara, un alma caritativa la rebautizo como María Jesús, siendo sepultada en el ala occidental del cementerio.
En la visita realizada hace poco, encontramos sobre su tumba una réplica de la torre Eiffel una pequeña imagen de la virgen traída de Europa, algunas placas de agradecimiento y su tumba encerrada, pintada y limpia resaltando sobre otras tumbas, que teniendo parientes en la ciudad se encuentran abandonadas.
En Honda y la región son muchos los comentarios de personas que afirman haber recibido un milagro o un favor. Por eso la romería para dar gracias por los favores recibidos, y otras recién enteradas, para pedir por la suerte que no han tenido, que el esposo o esposa, hijo o familiar regrese, o que le salga pronto un trabajo.
Así la humilde tumba que poseía María Jesús, ha sido remodelada por las personas que en una u otra forma han recibido algún favor de ella, y en agradecimiento la pintan, la decoran, la tienen siempre aseada y con hermosas flores frescas.
Lo paradójico de la vida, una mujer que murió en la mendicidad una fría mañana, sola y abandonada, la misma mujer que recibió en vida el desprecio de la gente, cuando solo pedía para subsistir, hoy goza del reconocimiento de algunas personas que dicen haber recibido un milagro. Y de otras que están esperando el turno para recibirlo.
Para María Jesús, paz en su tumba.
Tomado de:
http://www.kienyke.com/2011/08/01/maria-jesus-%C2%BFde-mendiga-a-milagrosa/
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