Foto Carlos Bocanegra 2008
Introducción
En la Villa de San Bartolomé de Honda existen diversas edificaciones que poseen historias simpáticas, historias que a través de los años se puede ir tergiversando y en ocasiones transformarse en leyenda. Como ha ocurrido con esta edificación que algunos “erróneamente” hemos denominado en alguna ocasión “Convento”, hasta el hecho que al ser restaurado se le dio este apelativo, sin ser este, la edificación de lo que aquí allí dice.
Del hoy Centro Cultural Alfonso Palacio Rudas, quienes muchos lo describen como “el hospital viejo”, si que hay que contarle, ya que hasta en pleno siglo XXI, aun se desconocen algunos antecedentes de su historia.
Como amante al seguimiento de los acontecimientos históricos de nuestra Villa, me he tomado la molestia de escribir esta “Breve reseña histórica del hoy Centro Cultural Alfonso Palacio Rudas”, no antes, sin advertir, que este bello edificio, posee mucha información histórica, aún por consultar e investigar, por eso he denominado este trabajo, “breve”.
Es simpático encontrar antecedentes históricos tan meritorios, como el hecho de haberse construido en ese lugar la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús por parte de la Compañía de Jesús, o como se conoce “Los Jesuitas”, haber sido fabrica de aguardiente, escuela y el Hospital San Juan de Dios, para terminar como un Centro Cultural que lleva el nombre de un gran hombre, que amo su patria chica con todo su corazón y estuviese donde estuviese, para él Honda, era su vida, y le hayan dedicado un honroso homenaje llevando su nombre como lo es “El Centro Cultural Alfonso Palacio Rudas”.
Habrá una oportunidad más adelante para que otros continúen trascribiendo, como lo he hecho, de importantes textos históricos acerca de la ciudad, y que traen información de esta edificación, y más cuando la edificación esta amenazada por erosión causada en las diferentes crecientes del río Guali, que de no preservarla, estaría a punto de desaparecer.
Dejo a consideración de ustedes para que se deleiten, junto con los amigos de la historia de la Villa de San Bartolomé de Honda, y tratemos de recuperar el legado histórico, cultural y social de esta hermosa, pujante y bella ciudad, como lo es Honda.
Esp. Tiberio Murcia Godoy
Docente Ciencias Sociales U. Caldas.
Cronista Contemporáneo
Presidente Centro de Historia de Honda
Del hoy Centro Cultural Alfonso Palacio Rudas, quienes muchos lo describen como “el hospital viejo”, si que hay que contarle, ya que hasta en pleno siglo XXI, aun se desconocen algunos antecedentes de su historia.
Como amante al seguimiento de los acontecimientos históricos de nuestra Villa, me he tomado la molestia de escribir esta “Breve reseña histórica del hoy Centro Cultural Alfonso Palacio Rudas”, no antes, sin advertir, que este bello edificio, posee mucha información histórica, aún por consultar e investigar, por eso he denominado este trabajo, “breve”.
Es simpático encontrar antecedentes históricos tan meritorios, como el hecho de haberse construido en ese lugar la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús por parte de la Compañía de Jesús, o como se conoce “Los Jesuitas”, haber sido fabrica de aguardiente, escuela y el Hospital San Juan de Dios, para terminar como un Centro Cultural que lleva el nombre de un gran hombre, que amo su patria chica con todo su corazón y estuviese donde estuviese, para él Honda, era su vida, y le hayan dedicado un honroso homenaje llevando su nombre como lo es “El Centro Cultural Alfonso Palacio Rudas”.
Habrá una oportunidad más adelante para que otros continúen trascribiendo, como lo he hecho, de importantes textos históricos acerca de la ciudad, y que traen información de esta edificación, y más cuando la edificación esta amenazada por erosión causada en las diferentes crecientes del río Guali, que de no preservarla, estaría a punto de desaparecer.
Dejo a consideración de ustedes para que se deleiten, junto con los amigos de la historia de la Villa de San Bartolomé de Honda, y tratemos de recuperar el legado histórico, cultural y social de esta hermosa, pujante y bella ciudad, como lo es Honda.
Esp. Tiberio Murcia Godoy
Docente Ciencias Sociales U. Caldas.
Cronista Contemporáneo
Presidente Centro de Historia de Honda
Centro Cultural Alfonso Palacio Rudas
En mayo de 1990 siendo alcalde popular David Robert Owen Hughes Willians se inauguró la restauración de lo que muchos llamaban “Hospital Viejo”, como, “Centro Cultural Alfonso Palacio Rudas. Centro que lleva este nombre en homenaje al hijo ilustre de Honda Dr. Alfonso Palacio Rudas”.
Este edificio donde hoy funciona dicho centro, posee las oficinas de turismo, biblioteca y archivo municipal, sala de exposición y conferencias, además allí se realizan talleres de pintura, artes y oficios.
Este edificio donde hoy funciona dicho centro, posee las oficinas de turismo, biblioteca y archivo municipal, sala de exposición y conferencias, además allí se realizan talleres de pintura, artes y oficios.
(Fotografía Tiberio Murcia Godoy 2008)
Como decíamos al comienzo al referirse a este lugar, lo sitúan o identifican como “el hospital viejo”, de ahí para atrás, desconocen que otras funciones tuvo la edificación.
Aunque algunos tenemos conocimiento que desde de 1960 hasta 1985 funciono allí diversas oficinas municipales como la personería, la oficina de transito, coldeportes, club Ondama, defensa civil, catastro, escuela de artes y oficios.
Lo que vamos a leer a continuación es la génesis de esta edificación desde el Siglo XVIII, hasta mediado del Siglo XX y que usted amable lector podrá corroborar consultando también la rica bibliografía que acompaña esta breve reseña histórica.
¿Quien era Alfonso Palacio Rudas?
Para orgullo de hondanos, tolimenses y colombianos el doctor Alfonso Palacio Rudas fue en vida un gran hombre, que presto sus servicios a su patria con todos los honores, honradez y gallardía. Traemos a colación lo que escribió José Ignacio Arciniegas Herrán.
“Nació en Honda el 12 de junio de 1912, hijo de don Claudio Maria Palacio y Cornelio Rudas. Casado con Magola Santofimio el amor de toda su vida.
El doctor Palacio Rudas ocupo importantes cargos cómo; Secretario de Hacienda del Tolima (1934), Secretario de la Legación de Colombia en Panamá (1936), Secretario de Hacienda de Bogotá (1936), Secretario General del Ministerio de Hacienda (1938), Representante a la Cámara de la cual fue su Presidente (1943), Contralor General de la Republica (1944-1948), Embajador de Colombia en Dinamarca(1958), Gobernador del Tolima (1960), Asesor económico del gobierno colombiano en Londres (1967), Alcalde de Bogotá (1974), Embajador de Colombia en Brasil (1975), Delegado de Colombia ante el Consejo Internacional del Café , sede Londres (1975), Ministro de Hacienda y Crédito publico (1977-1978), Miembro principal de la Directiva Nacional de Cafeteros, en representación del Tolima (1978-1996), Delegatario la Asamblea Nacional Constituyente (1991)”[1]. Conocido como “el Cofrade” aquel que no traga entero, también le llamaron el “príncipe de la economía”. Este abogado hondano, después de recibir las más grandes manifestaciones de aprecio por parte de los hondanos, tolimenses y colombianos, falleció el 1 de agosto de 1996, dejando un gran legado a las futuras generaciones colombianas.
[1] José Ignacio Arciniegas Herran. Alfonso Palacio Rudas, su vida, su obra, su legado. Editorial Atlas Ltda. Ibagué. 2000. Pág. 9 a 29.
“Nació en Honda el 12 de junio de 1912, hijo de don Claudio Maria Palacio y Cornelio Rudas. Casado con Magola Santofimio el amor de toda su vida.
El doctor Palacio Rudas ocupo importantes cargos cómo; Secretario de Hacienda del Tolima (1934), Secretario de la Legación de Colombia en Panamá (1936), Secretario de Hacienda de Bogotá (1936), Secretario General del Ministerio de Hacienda (1938), Representante a la Cámara de la cual fue su Presidente (1943), Contralor General de la Republica (1944-1948), Embajador de Colombia en Dinamarca(1958), Gobernador del Tolima (1960), Asesor económico del gobierno colombiano en Londres (1967), Alcalde de Bogotá (1974), Embajador de Colombia en Brasil (1975), Delegado de Colombia ante el Consejo Internacional del Café , sede Londres (1975), Ministro de Hacienda y Crédito publico (1977-1978), Miembro principal de la Directiva Nacional de Cafeteros, en representación del Tolima (1978-1996), Delegatario la Asamblea Nacional Constituyente (1991)”[1]. Conocido como “el Cofrade” aquel que no traga entero, también le llamaron el “príncipe de la economía”. Este abogado hondano, después de recibir las más grandes manifestaciones de aprecio por parte de los hondanos, tolimenses y colombianos, falleció el 1 de agosto de 1996, dejando un gran legado a las futuras generaciones colombianas.
[1] José Ignacio Arciniegas Herran. Alfonso Palacio Rudas, su vida, su obra, su legado. Editorial Atlas Ltda. Ibagué. 2000. Pág. 9 a 29.
Los Jesuitas y la Iglesia Sagrado Corazón de Jesús
“Ángel Maria Manca de la Compañía de Jesús, Provincia de esta Provincia del Nuevo Reino, como mejor proceda por derecho parece ante V.E, y dice. Que en consecuencia del deseo que ha muchos años tiene su religión de dejar el curato de la Villa de San Bartolomé de Honda, se ha solicitado de su General la licencia necesaria para este efecto”, “Otros si. Suplica a V.E, que en caso de admitirla, según se espera, se sirva de concederle licencia para que pueda mudar su colegio e iglesia que tiene en esta Villa a otro sitio mas cómodo, que facilite el concurso de fieles y ejercicio de sus ministerios”.[1]
A lo cual el Virrey Eslava respondió el 23 de octubre de 1745, que admitía la dejación del curato de la Villa de San Bartolomé de Honda. “Y en cuanto al otro si se concede a la citada Religión de la Compañía de Jesús la licencia que pide para trasladar su Colegio a la parte y lugar que tuviere por más a propósito en la misma Villa, sin que por el Cabildo, Corregidor y Justicias ni vecinos se pueda poner ni ponga embarazo alguno en la fabrica del nuevo Colegio”.[2]
[1] Roberto Velandia. La Villa de San Bartolomé de Honda. (1989) Tomo I. Pág. 195.
[2] Ibíd. Pág. 197.
Referencia de la imagen anexa: AGN. Bogotá, Colombia. Sección Colonia. Mapas y planos, No. 4. Ref. 201-A. Procedencia Mejoras Materiales, Tomo 21. f.66. ca. [1776]. "Plano del acceso a la Villa de Honda, con el puente caído en Gualí y el utilizable entre San Francisco y la fábrica de Aguardientes". 43 x 55 cm. Estado actual del documento. (Cortesia del historiador José Alexander Pinzón Rivera. Abril 12 de 2016).
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Se inicio la búsqueda de el nuevo sitio donde quedaría el Colegio e Iglesia de los Jesuitas esto le correspondió a “los señores Pedro Montero, Juan Peláez, Antonio de Reategui y Francisco Javier de Rivas” quien según Velandia (1989). Pág. 204, conceptuaron que;” Solo hallamos por útil y conveniente el sitio o lugar que esta al pie del puente con cola y campo suficientísimo para nuestra vivienda y oficinas necesarias, sin que tenga registro de parte alguna; la puerta de la Iglesia que ha de ser frente con la calle mas principal, llana y extendida, y hoy en día adornada de muchos edificios de casas y tienda de cal y canto y teja”.[1]
Mas adelante agrega que el benefactor de esta obra fue Francisco Zizeros “quien ofrece dar a todo costo suyo y de sus hermanos, hecho y perfecto y consumado un templo o iglesia muy decente y capaz” según lo afirma el Padre Manca el de julio de 1746.[2]
El Padre Jesuita Juan Manuel Pacheco escribe, “El colegio de Honda, en tiempo del provincialato del P. Manca, había decidido, como ya vimos, trasladarse al centro de la ciudad, junto al puente sobre el río Guali. Para ellos se había conseguido, desde 1736, la autorización del presidente del Nuevo Reino de Granada, quien la dio con la condición de que se demolería lo construido en caso de no obtenerse la autorización del Rey. Con este permiso se comenzó la construcción del nuevo colegio”.[3]
Continua el Padre Pacheco afirmando, “En 1764 se presentó una inesperada oposición. El convento de los Franciscanos de Honda pidió al Virrey la suspensión de la obra, pues por una parte, decían, los Jesuitas carecían de licencia para construir, y por otra el nuevo colegio y su convento no mediaban la distancia que prescribían sus privilegios”.
“El reclamo pasó a la audiencia en vía de consulta. El dictamen del fiscal, dado el 28 de enero de 1765, fue que no se debía atender a la contradicción de los Franciscanos “como intempestiva e injusta”, ya que lo hacían cuando la obra se hallaba casi terminada. El privilegio que tienen, añade, para impedir la construcción de otro convento que no esté a determinada distancia del suyo, no habla con los Jesuitas sino con los verdaderos mendicantes”-
Reafirma el padre Pacheco que “En el nuevo sitio los Jesuitas habían ya levantado una nueva iglesia que dedicaron al Sagrado Corazón de Jesús. Pero no sabemos si llegó a realizarse la traslación del colegio, pues esta se suspendió hasta que pasase la misión que venía de Europa, porque en el nuevo sitio no había manera de hospedarla”.[4]
Pero esta dicha no duro mucho porque Carlos III, afirma Velandia, porque se “decreto la real expulsión -de las colonias hispanoamericanas de los Jesuitas-, por Real mandato el 27 de febrero de 1767”.[5]
Y los Jesuitas de la Villa salen expulsados, según José Manuel Groot ,“El día 2 de agosto de 1.767 se embarcaron en el puerto de Honda para Mompox, los jesuitas del colegio de esta villa. Carlos Benavente, Juan de Fuentes y el hermano Manuel Tejada, previo las siguientes diligencias”.[6]
De esto “Y para que todo conste firma el señor oficial real, el cabo de esta guardia, y por el piloto, con testigo por no saberlo hacer, siéndolo igualmente los señores Alcaldes, Alférez real, Sargento Mayor don Maule Jiménez de Arepelo, don Martín Olmedo, don Diego Carrasquilla, don Antonio Miranda, don Gregorio de Reina y otros muchos, que concurrieron a este embarco, estando presente yo el Escribano, de que doy fe,- José Palacio.- Juan Tomás de Quintana.- A ruego de Martín Hernández, testigo Martín de Olmedo.- Ante mi Luís Jiménez”.[7] Lo que concluye claramente que gracias a las gestiones de Francisco Zizeros, los Jesuitas logran trasladarse a partir de 1746 a este lugar hasta el año de 1767, cuando son expulsados por la Corona española de Hispanoamérica
[1] Ibíd. Pág. 204.
[2] Ibíd. Pág. 205
[3] Juan Manuel Pacheco. Los Jesuitas en Colombia. T. III -1696-1767(1986). Pág. 360.
[4] Ibíd. Pág. 362.
[5] Roberto Velandia, libro citado, Pág. 208.
[6] José Manuel Groot. Historia Eclesiástica y Civil de la Nueva Granada. Tomo II. (1953. Pág. 564.
[7] Ibíd. Pág. 567.
Mas adelante agrega que el benefactor de esta obra fue Francisco Zizeros “quien ofrece dar a todo costo suyo y de sus hermanos, hecho y perfecto y consumado un templo o iglesia muy decente y capaz” según lo afirma el Padre Manca el de julio de 1746.[2]
El Padre Jesuita Juan Manuel Pacheco escribe, “El colegio de Honda, en tiempo del provincialato del P. Manca, había decidido, como ya vimos, trasladarse al centro de la ciudad, junto al puente sobre el río Guali. Para ellos se había conseguido, desde 1736, la autorización del presidente del Nuevo Reino de Granada, quien la dio con la condición de que se demolería lo construido en caso de no obtenerse la autorización del Rey. Con este permiso se comenzó la construcción del nuevo colegio”.[3]
Continua el Padre Pacheco afirmando, “En 1764 se presentó una inesperada oposición. El convento de los Franciscanos de Honda pidió al Virrey la suspensión de la obra, pues por una parte, decían, los Jesuitas carecían de licencia para construir, y por otra el nuevo colegio y su convento no mediaban la distancia que prescribían sus privilegios”.
“El reclamo pasó a la audiencia en vía de consulta. El dictamen del fiscal, dado el 28 de enero de 1765, fue que no se debía atender a la contradicción de los Franciscanos “como intempestiva e injusta”, ya que lo hacían cuando la obra se hallaba casi terminada. El privilegio que tienen, añade, para impedir la construcción de otro convento que no esté a determinada distancia del suyo, no habla con los Jesuitas sino con los verdaderos mendicantes”-
Reafirma el padre Pacheco que “En el nuevo sitio los Jesuitas habían ya levantado una nueva iglesia que dedicaron al Sagrado Corazón de Jesús. Pero no sabemos si llegó a realizarse la traslación del colegio, pues esta se suspendió hasta que pasase la misión que venía de Europa, porque en el nuevo sitio no había manera de hospedarla”.[4]
Pero esta dicha no duro mucho porque Carlos III, afirma Velandia, porque se “decreto la real expulsión -de las colonias hispanoamericanas de los Jesuitas-, por Real mandato el 27 de febrero de 1767”.[5]
Y los Jesuitas de la Villa salen expulsados, según José Manuel Groot ,“El día 2 de agosto de 1.767 se embarcaron en el puerto de Honda para Mompox, los jesuitas del colegio de esta villa. Carlos Benavente, Juan de Fuentes y el hermano Manuel Tejada, previo las siguientes diligencias”.[6]
De esto “Y para que todo conste firma el señor oficial real, el cabo de esta guardia, y por el piloto, con testigo por no saberlo hacer, siéndolo igualmente los señores Alcaldes, Alférez real, Sargento Mayor don Maule Jiménez de Arepelo, don Martín Olmedo, don Diego Carrasquilla, don Antonio Miranda, don Gregorio de Reina y otros muchos, que concurrieron a este embarco, estando presente yo el Escribano, de que doy fe,- José Palacio.- Juan Tomás de Quintana.- A ruego de Martín Hernández, testigo Martín de Olmedo.- Ante mi Luís Jiménez”.[7] Lo que concluye claramente que gracias a las gestiones de Francisco Zizeros, los Jesuitas logran trasladarse a partir de 1746 a este lugar hasta el año de 1767, cuando son expulsados por la Corona española de Hispanoamérica
[1] Ibíd. Pág. 204.
[2] Ibíd. Pág. 205
[3] Juan Manuel Pacheco. Los Jesuitas en Colombia. T. III -1696-1767(1986). Pág. 360.
[4] Ibíd. Pág. 362.
[5] Roberto Velandia, libro citado, Pág. 208.
[6] José Manuel Groot. Historia Eclesiástica y Civil de la Nueva Granada. Tomo II. (1953. Pág. 564.
[7] Ibíd. Pág. 567.
Avaluó de la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús
De las diligencias practicadas el 23 de marzo de 1772, para el avalúo de la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, se destaca lo siguiente:
1. Un solar de 60 v. de frente, a $6 vara. Total: $360
2. Las dos paredes principales de la iglesia, que componen 1.106 varas², a $3 cada una. Total: $3.348
3. Las paredes del costado, componen 2.278 varas², a $3 cada una. Total: $734
4. Todos los arcos de ladrillo de dicha iglesia, con 16.500 ladrillos, a $20 el millar.
Total: $330
5. Las paredes que hay sobre las cornizas, componen 350 varas², a 8 reales cada
una. Total: $350
6. Las paredes que forman las bóvedas, componen 180 varas², a 8 reales cada una. Total: $180
7. El frente de la portada, se compone de 132 varas² de pared, del grueso de 4
tercias, al precio de $4 cada una. Total: $528
8. Las paredes de las viviendas de los cuartos, componen 144 varas² de paredes
principales del grueso de 1 vara y 1 1/12 de otra, al precio de $3 cada una.
Total: $432
9. Las mediaciones de los cuartos de dichas viviendas., componen 57 varas², de ½ vara de grueso, a razón de 12 reales cada una. Total: $85, 4 reales
10. Por el tejado, se hallan 7.000 tejas de canales, a $30 el millar. Total: $210
11. Por 8.000 tejas chicas, a $20 el millar: Total: $160
12. Por 566 varas de armadura, a 2 1/2 reales y medio cada una. Total: $180
13. Por 245 viguetas de armadura, a 4 reales cada una. Total: $122.4 reales
14. Por 36 vigas de asiento de dicha armadura, a 12 reales cada una. Total: 54 reales
15. Por 300 tablas de madera, a 4 reales cada una. Total: $150
16. Por un portón con su cerradura, importan $20
17. Por 250 tablas de guadua, a 1 real cada una. Total: $31.2 reales
Gran total: $ 7.275, 2 reales”.
La fabrica de aguardiente
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Referencia de la imagen anexa: AGN. Bogotá, Colombia. Sección Colonia. Mapas y planos, No. 4. Ref. 201-A. Procedencia Mejoras Materiales, Tomo 21. f.66. ca. [1776]. "Plano del acceso a la Villa de Honda, con el puente caído en Gualí y el utilizable entre San Francisco y la fábrica de Aguardientes". 43 x 55 cm. Estado actual del documento. (Cortesia del historiador José Alexander Pinzón Rivera. Abril 12 de 2016).
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La fabrica de aguardiente de la Villa de Honda, funciono en sus comienzos en la casa de Joaquín de Sanabria, a partir del 11 de marzo de 1774 y luego en la Iglesia Sagrado Corazón de Jesús que había sido de los Jesuitas, pero expulsados los Jesuitas, su Iglesia y edificio quedan a merced de la corona, la cual la convierte en la fabrica de aguardiente, así lo describe Velandia;“La fabrica propia de aguardiente ocupaba la antigua iglesia de los padres de la Compañía, añadida para este fin de seis varas en la fachada principal de oriente, y de veinte a la parte posterior opuesta, con lo que resultó a lo largo del templo y río Guali una línea de ochenta varas de fondo por veinticinco de ancho que tenían las tres naves, con cuarto principal para despacho del administrador, en la que estaba el coso, y las seis vara añadidas, y toda esta obra sin claro alguno de patio es la destruida hasta sus cimientos por el terremoto, quedando al mismo tiempo conmovidos el terreno y la muralla del Guali”.[1]
Pero Velandia nos afirma;“Parece que la fabrica definitivamente se estableció en 1779”, la cual funciono hasta 1805. “Destruida la fabrica por el terremoto de 16 de junio de 1805 vino la crisis en la producción de licor, a tal punto que el Corregidor de la Provincia de Mariquita don Manuel Santiago Vallecilla en carta de 4 de agosto de dicho año propuso al Virrey Amar y Borbon Arguedas y Vallejo de Santa Cruz se permitiera su destilación a los particulares”.
[1] Ibíd. Pág. 360.
[1] Roberto Velandia, libro citado. Págs. 361-362.
En este grabado se puede observar el Puente de San Francisco y a la derecha la edificación, otrora Iglesia Sagrado Corazon de Jesús, luego Fabrica de Aguardiente.
No se han encontrado documento alguno que registre actividad en esta edificación luego del terremoto del 16 de junio de 1805, hasta finales del siglo XIX, en especial en el año de 1884[1] Ibíd. Pág. 360.
[1] Roberto Velandia, libro citado. Págs. 361-362.
En este grabado se puede observar el Puente de San Francisco y a la derecha la edificación, otrora Iglesia Sagrado Corazon de Jesús, luego Fabrica de Aguardiente.
¿Medio siglo en ruinas?
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Honda, Colombia, 1853 - Image ID: WARH0C.
En el dibujo que aparece extractado del libro “Impresiones y recuerdos”[1] de Tomas Sebastián Restrepo, donde se resalta “Ruinas del convento de San Juan de Dios, reproducción de una acuarela hecha ante el natural por el doctor Juan Nepomuceno Restrepo en 1894”.
Se puede apreciar a primera vista las ruinas de la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús y luego Fábrica de aguardiente, al fondo el hoy Barrio Alto de San Juan de Dios, y la Mesa de los Palacios.
[1] Tomas Sebastián Restrepo. Impresiones y Recuerdos. Ediciones Paulinas. Bogotá. 1922. Pág. 143.
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Las hermanas de la caridad
Don J. Eduardo Vernaza en un excelente articulo sobre este lugar escribe, “En el año de 1883 el concejo municipal de Honda, a excitación del doctor Uldarico Camacho, cura de la ciudad, se dirigió a la reverenda madre Gertrudis, provincial o superiora de las religiosas de la Presentación en Bogotá para que se sirviera mandar unas hermanas de la caridad para que dirigieran el hospital y la escuela que deseaban crear. Esa petición fue bien acogida por la reverenda madre provincial y el 26 de diciembre del mismo año de 1883, ella misma llego de Bogotá con cuatro hermanas; la reverenda madre Casilda, francesa hermana San Roberto francesa y hermanas Sofía y Alejandrina, antioqueñas. Se desmontaron en una casita alquilada para recibirlas en la cale del Palomar, casita que pertenecía a doña Avelina Fajardo, y durante el mes que vivieron en ella se buscaron locales para las hermanas y la escuela.
Fachada Principal del Hospital Viejo
Fotografía Archivo Particular
Un mes después de la llegada de las hermanas se pasaron a las dos casas que terminaban la calle del “Palomar” al occidente. Las hermanas instalaron la escuela en la casa más inmediata al río y ellas establecieron su domicilio en la casa de enfrente. En la escuela se establecieron dos clases a principios de 1884, más o menos con unas cuarenta alumnas. Al mismo tiempo que la Reverenda Madre Casilda dirigía el colegio, en el cual daban las clases las hermanas San Roberto y Sofía, atendía también con hermana Alejandrina a los enfermos que estaba instalados en las dos únicas piezas que quedaban al abrigo de la lluvia entre los escombros del antiguo Hospital de Caridad, completamente arruinado por el terrible terremoto de 1805. Había entonces unos veinte enfermos entre hombres y mujeres.
Se estableció una Junta para proveer a los gastos que demandaban la alimentación de los enfermos y el suministro de drogas, ropas y otros artículos. El primer presidente de esta junta fue Don Julio Samper, que era al mismo tiempo síndico. Se intereso muchísimo en restaura el antiguo edificio y acopio madera para empezar los techos. Desgraciadamente enfermo, los médicos le aconsejaron que se fuera para Bogotá y en este lapso de tiempo estalló la revolución del ochenta y cinco que vino a paralizar lo trabajos empezados. Don Julio, entre tanto, fue reemplazado por don Ignacio Gutiérrez Uricochea, quien en durante la época difícil de la guerra, no dejó de proporcionar fondos oportunamente, para la asistencia de los obres enfermos y algo más de cien herido que se curaron en el hospital durante esa guerra[1].
Después de la guerra, en los años de 1886 y 1887 los cargos del síndico y del presidente fueron separados por la junta. El presidente fue don Alejandro Agudelo y el sindico don Tomás Noguera. El primero se dedicó enteramente a edificar el hospital, consagrando a esta obra todo su tiempo, buscando fondos cuando no estaba trabajando personalmente en la construcción.
En el año de 1887, ya las reparaciones del edificio bastante adelantadas, la Reverenda Madre Casilda con las hermanas Sofía, Alejandrina y Candelaria, esta última que vino en 1886 a reemplazar a la hermana que murió, se trasladaron al local que hoy ocupan, junto con las cincuentas alumnas del colegio, en el año de 1887.[2]
El Doctor Rafael Núñez, siendo Presidente de la República hizo pagar al Hospital una renta mensual de trescientos pesos.
[1] J. Eduardo Vernaza. El Hospital San Juan de Dios de Honda. Revista Cultural y Comercial.1936.
[2] Ibid.
Se estableció una Junta para proveer a los gastos que demandaban la alimentación de los enfermos y el suministro de drogas, ropas y otros artículos. El primer presidente de esta junta fue Don Julio Samper, que era al mismo tiempo síndico. Se intereso muchísimo en restaura el antiguo edificio y acopio madera para empezar los techos. Desgraciadamente enfermo, los médicos le aconsejaron que se fuera para Bogotá y en este lapso de tiempo estalló la revolución del ochenta y cinco que vino a paralizar lo trabajos empezados. Don Julio, entre tanto, fue reemplazado por don Ignacio Gutiérrez Uricochea, quien en durante la época difícil de la guerra, no dejó de proporcionar fondos oportunamente, para la asistencia de los obres enfermos y algo más de cien herido que se curaron en el hospital durante esa guerra[1].
Después de la guerra, en los años de 1886 y 1887 los cargos del síndico y del presidente fueron separados por la junta. El presidente fue don Alejandro Agudelo y el sindico don Tomás Noguera. El primero se dedicó enteramente a edificar el hospital, consagrando a esta obra todo su tiempo, buscando fondos cuando no estaba trabajando personalmente en la construcción.
En el año de 1887, ya las reparaciones del edificio bastante adelantadas, la Reverenda Madre Casilda con las hermanas Sofía, Alejandrina y Candelaria, esta última que vino en 1886 a reemplazar a la hermana que murió, se trasladaron al local que hoy ocupan, junto con las cincuentas alumnas del colegio, en el año de 1887.[2]
El Doctor Rafael Núñez, siendo Presidente de la República hizo pagar al Hospital una renta mensual de trescientos pesos.
[1] J. Eduardo Vernaza. El Hospital San Juan de Dios de Honda. Revista Cultural y Comercial.1936.
[2] Ibid.
Los túneles
Mucho se ha escrito y hablado de los túneles que posee dicha edificación, túneles que desafortunadamente fueron taponados, ¿por seguridad? , o por otra circunstancia, pero que si lo recuperaran hoy en día serian un gran atractivo turístico digno de admirar. Por eso traemos a colación lo concerniente a los túneles que existen en el Centro Cultural Alfonso Palacio Rudas.
Foto Archivo Particular
Eduardo López citado por Velandia, escribe, “el hospital tiene una comunicación subterránea con un lugar desconocido, existe la seguridad popular de que se trata de un túnel, quizás porque el terreno perteneciera en una época a los Jesuitas”[1].
Don J. Eduardo Vernaza narra su versión sobre la existencia de estos túneles. “Justamente cuando estábamos en esa escuela vimos una cisterna con gradas hasta abajo, en donde se botaba la basura. Tenía una profundidad de unos quince metros y hacía por lo menos diez y ocho años que servia de basurero y se vino a llenar en el año de 1926 cuando el sindico señor José Lozano G. inició las nuevas construcciones. Nunca se supo a ciencia cierta para qué era aquello. Existe en el hospital un subterráneo que se comunicaba en la época aquella con el convento de la Candelaria de la “Popa”, lugar situado al norte de la ciudad y que algunos creen que se comunicaba también por un túnel en el Guali con el convento de San Francisco, lugar que ocupa hoy la plaza de mercado.
Mi buen amigo don Lucio Guerra M. me decía que una vez el maestro Tafur tuvo que hacer un trabajo en el hospital halló el subterráneo y en el un rollo de papeles completamente deteriorados que dejaron allí. De este subterráneo me han hablado don Alfredo Torres M., exsindico del hospital y don Luís E. Gutiérrez, que vio la perforación que un peón hizo más o menos frente a las puertas del Teatro Unión. Don José Lozano G. también me hablado sobre el particular y agrega que en la nueva construcción de la sala de cirugía, a alguna profundidad se hallo un suelo de ladrillos y paredes con algunas criptas.
Algunos creen que la boca o entrada del subterráneo queda donde está hoy la gruta de la imagen de Lourdes, pero según los datos de personas seria que he podido obtener, la boca o entrada viene a quedar en la parte sur interior, por ahí donde se encuentra la primera pieza de pensionados, hacia el lado oriental. Y es lógico suponer que la entada a dicho subterráneo quedara dentro del convento y no fuera, ya que se trata de una reserva”. Y termina J. Eduardo Vernaza con la siguiente propuesta, la misma que hacemos hoy en día. “Pueda ser que este subterráneo sea motivo de una exploración. Valdría la pena.”[2].
El medico Ramiro Parias Burgos afirma referente al túnel “Por lo leído creo que el señor José Vicente Molano Fernández nunca tuvo la oportunidad de ver algo de ese famosos túnel y en cambio yo si, cuando era muchacho y por enfrente de la casa de mi padre, cercana a la estación del ferrocarril y por lo tanto del antiguo convento de los padres de San Juan de Dios, se construía en ese tiempo el alcantarillado y los obreros cayeron en parte del túnel, llegando luego hasta la boca que estaba por ese entonces tapada y daba al piso de la bodega sur del ferrocarril de La Dorada. Mas ancho que alto, empedrado, con curvas y desniveles táctico-militares, que recuerdan en parte la topografía y recorrido de la vieja calle de Las Trampas”[3].
[1] Eduardo López. Temas Nacionales, 1932, citado por Roberto Velandia. 1989.
[2] J. Eduardo Vernaza. Op. Citada.
[3] Ramiro Parias Burgos. Buzón. Pro-Honda. Año XIX. No 242. Bogotá. Septiembre de 1988. Pág. 13.
Don J. Eduardo Vernaza narra su versión sobre la existencia de estos túneles. “Justamente cuando estábamos en esa escuela vimos una cisterna con gradas hasta abajo, en donde se botaba la basura. Tenía una profundidad de unos quince metros y hacía por lo menos diez y ocho años que servia de basurero y se vino a llenar en el año de 1926 cuando el sindico señor José Lozano G. inició las nuevas construcciones. Nunca se supo a ciencia cierta para qué era aquello. Existe en el hospital un subterráneo que se comunicaba en la época aquella con el convento de la Candelaria de la “Popa”, lugar situado al norte de la ciudad y que algunos creen que se comunicaba también por un túnel en el Guali con el convento de San Francisco, lugar que ocupa hoy la plaza de mercado.
Mi buen amigo don Lucio Guerra M. me decía que una vez el maestro Tafur tuvo que hacer un trabajo en el hospital halló el subterráneo y en el un rollo de papeles completamente deteriorados que dejaron allí. De este subterráneo me han hablado don Alfredo Torres M., exsindico del hospital y don Luís E. Gutiérrez, que vio la perforación que un peón hizo más o menos frente a las puertas del Teatro Unión. Don José Lozano G. también me hablado sobre el particular y agrega que en la nueva construcción de la sala de cirugía, a alguna profundidad se hallo un suelo de ladrillos y paredes con algunas criptas.
Algunos creen que la boca o entrada del subterráneo queda donde está hoy la gruta de la imagen de Lourdes, pero según los datos de personas seria que he podido obtener, la boca o entrada viene a quedar en la parte sur interior, por ahí donde se encuentra la primera pieza de pensionados, hacia el lado oriental. Y es lógico suponer que la entada a dicho subterráneo quedara dentro del convento y no fuera, ya que se trata de una reserva”. Y termina J. Eduardo Vernaza con la siguiente propuesta, la misma que hacemos hoy en día. “Pueda ser que este subterráneo sea motivo de una exploración. Valdría la pena.”[2].
El medico Ramiro Parias Burgos afirma referente al túnel “Por lo leído creo que el señor José Vicente Molano Fernández nunca tuvo la oportunidad de ver algo de ese famosos túnel y en cambio yo si, cuando era muchacho y por enfrente de la casa de mi padre, cercana a la estación del ferrocarril y por lo tanto del antiguo convento de los padres de San Juan de Dios, se construía en ese tiempo el alcantarillado y los obreros cayeron en parte del túnel, llegando luego hasta la boca que estaba por ese entonces tapada y daba al piso de la bodega sur del ferrocarril de La Dorada. Mas ancho que alto, empedrado, con curvas y desniveles táctico-militares, que recuerdan en parte la topografía y recorrido de la vieja calle de Las Trampas”[3].
[1] Eduardo López. Temas Nacionales, 1932, citado por Roberto Velandia. 1989.
[2] J. Eduardo Vernaza. Op. Citada.
[3] Ramiro Parias Burgos. Buzón. Pro-Honda. Año XIX. No 242. Bogotá. Septiembre de 1988. Pág. 13.
Foto archivo Particular
Ordenan demolición del edificio
Ordenan demolición del edificio
Este hermoso edificio se salvo de ser demolido, ya que por Resolución No 245 de agosto 26 de 1986, la alcaldesa especial Cecilia García de Van den Enden, “ordeno la demolición del edificio del antiguo hospital”, como aparece en el libro ”Compendio de normas de la Villa de San Bartolomé de Honda”(1989), publicado en la administración David Hughes, cuyos considerándos se leen así,”La acción de la avalancha sucedida en la noche del 13 de noviembre de 1985, deterioró en gran nivel el Edificio donde funciono el Hospital San Juan de Dios, permaneciendo el municipio a más de su propiedad en plena posesión real y material sin interrupción alguna utilizándolo con el funcionamiento de las oficinas municipales”.
“Que los estudios y diagnostico del Plan de Reordenamiento y Desarrollo urbano de la ciudad, han programado su demolición para adelantar obras de vital importancia y se quiere iniciar esta importante labor para el ornato y embellecimiento de este sector de la población, que la Administración Municipal no debe desaprovechar y está en el deber de patrocinar est inversión por parte del Gobierno Nacional”.
“Que los estudios y diagnostico del Plan de Reordenamiento y Desarrollo urbano de la ciudad, han programado su demolición para adelantar obras de vital importancia y se quiere iniciar esta importante labor para el ornato y embellecimiento de este sector de la población, que la Administración Municipal no debe desaprovechar y está en el deber de patrocinar est inversión por parte del Gobierno Nacional”.
Foto Cortesia Cristina Niño de Palomino
RESUELVE. Articulo 1. ORDENASE la DEMOLICIÓN del edificio donde funcionó el antiguo Hospital “San Juan de Dios” ubicado a la margen izquierda del cause del río Gualí, y que se distingue por los siguientes linderos; Por el Norte, con la calle 15; por el oriente, con Páez de Zabala Maria de Jesús; por el sur, con río Gualí; y por el occidente, con Campos Ruda Adán. Esto la primera área de 2.334 AC-534 y la segunda área de 4.708. AC-1.812, por el Norte, con Rubio Raga Antonio y Cerón Bernate Manuel Arturo; por el Oriente, con carrera 12 A , por el Sur, con río Gualí, y por el Occidente, con Carrera 13 A”[1].[1] Hughes David. Compendio de normas de la Villa de San Bartolomé Honda. Págs. 180-181.
Foto Cortesia Cristina Niño de Palomino
Foto Cortesia Cristina Niño de Palomino
Foto Cortia Cristina Niño de Palomino
Foto Cortesia Cristina Niño de Palomino
La Creciente del 6 de noviembre de 2010
La Creciente del 6 de noviembre de 2010
Quien iba a imaginar que luego de un fuerte y torrencial aguacero que duro más de 10 horas en la región, hizo que creciera el río Guali, creciente estrepitosa que alcanzó niveles incalculados, produciendo erosiones en Honda y en sectores como Santa Helena, La Pedregoza, Las Delicias y el Centro de la ciudad, afectando el Centro Cultural Alfonso Palacio Rudas, tal como se observa en las fotografías.
(Fotografía Tiberio Murcia Godoy. Sábado 6 de noviembre de 2010)
Panorámica que muestra la parte que el río Guali se llevo en la creciente del Sábado 6 de noviembre de 2010 en el Centro Cultural Alfonso Palacio Rudas.(Fotografia Tiberio Murcia Godoy. Domingo 7 de noviembre de 2010) Parte de lo que quedo de la entrada principal al Centro Cultural Alfonso Palacio Rudas (Fotografía Tiberio Murcia Godoy. Domingo 7 de noviembre de 2010)
Entrada a la Oficina de Cultura y Turismo
(Fotografía Tiberio Murcia Godoy. Domingo 7 de noviembre de 2010)
Pasillo interior del Centro Cultural Alfonso Palacio Rudas
(Fotografía Tiberio Muria Godoy. Domingo 7 de noviemre de 2010) Estado en que quedo la Biblioteca y Archivo
(Fotografía Tiberio Murcia Godoy. Domingo 7 de Noviembre de 2010)
(Fotografía Tiberio Murcia Godoy. Domingo 7 de noviembre de 2010)
Pasillo interior del Centro Cultural Alfonso Palacio Rudas
(Fotografía Tiberio Muria Godoy. Domingo 7 de noviemre de 2010) Estado en que quedo la Biblioteca y Archivo
(Fotografía Tiberio Murcia Godoy. Domingo 7 de Noviembre de 2010)
La fuerza del agua destruyo lo que era la Biblioteca y Archivo Administrativo Histórico. (Fotografía Tiberio Murcia Godoy. Domingo 7 de noviembre de 2010)
Bibliografía
ARCINIEGAS Herrán José Ignacio. Alfonso Palacio Rudas. Su vida, su obra, su legado. Homenaje del gobierno del Tolima. Editorial Atlas Ltda. Ibagué. 2000. Págs. 9 a 29.
GONZALEZ Mora Felipe. El Colegio de Honda de la Compañía de Jesús en los planos documentales del Archivo General de la Nación de Bogotá. D.C. Pontificia Universidad Javeriana, Colombia. Universidad de los Andes. Procesos Históricos. Revista Semestral de Historia, Arte y Ciencias Sociales. Número 10, Julio 2006. Mérida Venezuela. Pág. 18 y 19.
· Reales Fábricas de Aguardiente de Caña en el Nuevo Reino de Granada. Arquitectura industrial siglo XVIII. Centro Editorial Javeriano CEJA. Colección Biblioteca del Profesional. Javegraf. Bogotá. 2002. Págs. 188 a 196.
GROOT José Manuel. Historia eclesiástica y civil de Nueva Granada. Biblioteca de Autores Colombianos. Ministerio de Educación Nacional. Tomo II. Editorial A.B.C. Bogota. 1.953. Págs. 564, 565, 566,567,
HUGHES Williams David Robert Owen. Resolución 245 de agosto 26 de 1986.Compendio de normas de la Villa de San Bartolomé de Honda. Honda. 1989. Págs. 180,181.
LOPEZ Eduardo. Temas Nacionales.. Tomo III. 1932, Págs. 6 y 7. Citado por VELANDIA R. Roberto. La Villa de San Bartolomé de Honda. Editorial Nelly. Bogota. 1.989. Pág. 246.
MURCIA Godoy Tiberio. Honda, hace 386 años. La primer parroquia no se construyó en el Alto del Rosario, sino en el sector del Alto de San Juan de Dios. Periódico El Puente. No 90. Honda. Agosto de 2006. Pág. 7.
PACHECO Juan Manuel. Los Jesuitas en Colombia. Tomo III. Oficina de publicaciones de la Pontifica Universidad Javeriana. Bogotá. 1986. Págs. 360, 362.
PARIAS Burgos Ramiro. Buzón. Pro-Honda. Año XIX. No 242. Bogotá. Septiembre de 1.988. Pág.13.
VELANDIA Roberto. La Villa de San Bartolomé de Honda. Tomo I. Editorial Nelly. Bogotá. 1989. Págs. 195,197, 204.
VERNAZA J. Eduardo. El Hospital de San Juan de Dios. Revista Cultural y Comercial de Honda. Talleres H. Parra C. Editor R. Rojas Reyes. Honda. 1936.
Bibliografía
ARCINIEGAS Herrán José Ignacio. Alfonso Palacio Rudas. Su vida, su obra, su legado. Homenaje del gobierno del Tolima. Editorial Atlas Ltda. Ibagué. 2000. Págs. 9 a 29.
GONZALEZ Mora Felipe. El Colegio de Honda de la Compañía de Jesús en los planos documentales del Archivo General de la Nación de Bogotá. D.C. Pontificia Universidad Javeriana, Colombia. Universidad de los Andes. Procesos Históricos. Revista Semestral de Historia, Arte y Ciencias Sociales. Número 10, Julio 2006. Mérida Venezuela. Pág. 18 y 19.
· Reales Fábricas de Aguardiente de Caña en el Nuevo Reino de Granada. Arquitectura industrial siglo XVIII. Centro Editorial Javeriano CEJA. Colección Biblioteca del Profesional. Javegraf. Bogotá. 2002. Págs. 188 a 196.
GROOT José Manuel. Historia eclesiástica y civil de Nueva Granada. Biblioteca de Autores Colombianos. Ministerio de Educación Nacional. Tomo II. Editorial A.B.C. Bogota. 1.953. Págs. 564, 565, 566,567,
HUGHES Williams David Robert Owen. Resolución 245 de agosto 26 de 1986.Compendio de normas de la Villa de San Bartolomé de Honda. Honda. 1989. Págs. 180,181.
LOPEZ Eduardo. Temas Nacionales.. Tomo III. 1932, Págs. 6 y 7. Citado por VELANDIA R. Roberto. La Villa de San Bartolomé de Honda. Editorial Nelly. Bogota. 1.989. Pág. 246.
MURCIA Godoy Tiberio. Honda, hace 386 años. La primer parroquia no se construyó en el Alto del Rosario, sino en el sector del Alto de San Juan de Dios. Periódico El Puente. No 90. Honda. Agosto de 2006. Pág. 7.
PACHECO Juan Manuel. Los Jesuitas en Colombia. Tomo III. Oficina de publicaciones de la Pontifica Universidad Javeriana. Bogotá. 1986. Págs. 360, 362.
PARIAS Burgos Ramiro. Buzón. Pro-Honda. Año XIX. No 242. Bogotá. Septiembre de 1.988. Pág.13.
VELANDIA Roberto. La Villa de San Bartolomé de Honda. Tomo I. Editorial Nelly. Bogotá. 1989. Págs. 195,197, 204.
VERNAZA J. Eduardo. El Hospital de San Juan de Dios. Revista Cultural y Comercial de Honda. Talleres H. Parra C. Editor R. Rojas Reyes. Honda. 1936.
ESTA INVESTIGACIÓN PUEDE SER REPRODUCIDA, ALMACENADA O TRASMITIDA POR CUALQUIER MEDIO, YA SEA ELECTRÓNICO, MECÁNICO, ÓPTICO DE GRABACIÓN, RESPETANDOSE LOS CREDITOS DEL AUTOR. @tiberiomurciagodoy2010
Siempre tan puntual y acucioso en sus estudios y defensa de la historia regional. Em hora buena y felicitaciones profesor Tiberio.
ResponderEliminarAlgunos testimonios de lectura llegados al Centro de Historia de Honda
ResponderEliminarEstimado Tiberio; he leído el interesante trabajo de recuperación histórica del Centro Cultural Alfonso Palacio Rudas y creame que es extraordinaria su labor en bien de impedir la perdida de tan importante historia. Le ruego acepte mis felicitaciones por su esfuerzo y aporte a la conservación de la memoria de nuestra amada patria colombiana.
Cordial saludo
Alberto Hinestroza Llanos
Fundación Periodistas Bolivarianos de América
Presidente
.-.-.-.-.-.-..-.-.-.-.-.-.-.-.-
Apreciado Tiberio, me complace saludarlo y felicitarlo por su blog, siempre interesante. Siento mucho lo que sucedió con el edificio Palacio Rudas, difícil su reconstrucción porque el río se llevó la bancada en donde se apoyaba. Hace falta establecer protocolos de observación de los ríos, en especial cuando hay edificaciones en sus riveras, para prever desastres como este.
Con mis mejores sentimientos de amistad,
Arq. Fernando Michaels
Calle 63 C N° 17 41,
Telefax 57 (1) 3471576, Celular 312 415 3470
Bogotá, Colombia 111221
http://www.scribd.com/share/upload/5431745/1ugsrhmmcejual1a6lr9
.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
Mil gracias Tiberio, muy oportuna esta información
Saludos cordiales,
DIANA GÓMEZ
Comunicación y prensa
Red de Pueblos Patrimonio
Teléfono: (054) 2609335- Móvil: 311 3333018
.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
BIEN INTERESANTE la nota sobre el centro cultural Palacio Rudas,espero que hayan podido sacar lo que no se mojó del archivo.El problema vendrá después cuando haya verano porque tendrán que hacerle un super muro de contención. Y de los túneles qué ?
saludos
gardeazabal
Medellín - Colombia
Mensajs que llegaron por Faecbock
ResponderEliminarHola, Tiberio:
Diana Patricia Valencia Conde comentó tu enlace.
Diana escribió: "Muy interesante el artículo Tiberio, Gracias por enseñarnos sobre la historia de Honda"
.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
Hola, Tiberio:
Luis Ariel Orozco comentó tu enlace.
Luis escribió: "Tiberio, aplausos y aplausos!!..que buen trabajo."
.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-..-
Hola, Tiberio:
Gustavo Elkin Ospina Segura comentó tu enlace.
Gustavo escribió: "Excelente trabajo Tiberio, me da gusto saber que quedan Hondanos ilustres"
.--.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
Eduardo Castro comentó el publicación en el muro de Camara De Honda.
Eduardo escribió:
"Bien por Tiberio Murcia, que se interesa por cosas que muchos Hondanos desconocemos. Gracias por esos aportes."
.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Honda-Travel Bernal también comentó el estado de William Pérez Cotrino.
Honda-Travel escribió:
"Interesante el aporte que nos hace Tiberio, sobre nuestro centrol cultural."
.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
Estimado Tiberio:
ResponderEliminarLe escribo desde la Universidad Javeriana después de leer de nuevo su completo artículo publicado desde el Centro de Historia de Honda.
En forma directa pude observar las imágenes en televisión del lamentable suceso acaecido el pasado 6 de noviembre, la torrentosa corriente del Gualí y la destrucción de una parte del volumen que albergaba importante archivo histórico de la villa.
También quedé impresionado con la repetición de la historia de Honda: la fuerza del Gualí a su paso por la Villa en los periodos de invierno, la destrucción de las casas situadas a los bordes del cauce del río y la afectación a los puentes que tanto caracterizan al histórico núcleo urbano. Tengo entendido que por fortuna no hubo pérdida humanas en esta tragedia natural.
Hay que destacar el artículo suyo que recopila completa información histórica, sea leído por todos manteniendo en la memoria los interesantes y dramáticos sucesos acerca de los distintos edificios y usos en este solar que tanto ha dado que hablar y escribir.
Co mucho afecto le envío mi saludo.
ARQ. FELIPE GONZÁLEZ MORA
INSTITUTO CARLOS ARBELÁEZ CAMACHO
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA