sábado, 22 de noviembre de 2008

BREVE RECORRIDO HISTÓRICO POR LA CALLE DE LAS TRAMPAS



















(Fotos a la izquierda Calle Hernán Crespo en Ubeda, España, a la derecha Calle de Las Trampas, Honda, Tolima, Colombia)

Son muchas las almas que han recorrido la calle de las Trampas, calle de la época española con influencia árabe, cuya arquitectura fue incorporada a sus colonias. Como la recorro diariamente, ya estoy impregnado de su belleza y magia, y más por su zigzag y sus balcones musulmanes o moriscos, denominados por los arquitectos como “balcón de andén”, de ahí que aunque deseo escribir sobre ella, dejare que la pluma de otros la describan. )


(Foto entrada occidental de la Calle de Las Trampas)


Armando Moreno Sandoval* escribe, “En cambio en la llamada “calle de la Trampas”, que fue el sector residencial del grupo más pudiente, la edificación fue mucho mejor. Las conocidas “casas altas” o de dos pisos, eran propiedad de los principales comerciantes. Un ejemplo de esta clase de casa, es la que esta ubicada en la esquina de la calle de las Trampas con la Broma. Aparte de ser de calicanto, balcón y teja, hay algo que la hace particular y que contrasta con la casa que fue del rico comerciante Ambrosio Joseph Rodríguez, ubicada en la esquina de la calle del Retiro, también comercia, y es la carencia de “azotea”. Aunque en el registro de los bienes inmuebles franciscanos sólo hallamos una casa alta, los dos bienes inmuebles pertenecientes a la mortuoria de Manuel Martínez Zaldúa ubicadas en la calle de las Trampas tenían balcón.
Este era el sector por excelencia de una “élite” acomodada. Estaban distribuidas, comenzando por la puerta mayor de la calle en sala, recamara, cocina, ventanas voladas a la calle, solera del corredor, escaleras y alcobas en el segundo piso. Si bien algunas tenían balcón con corredor que daba al patio en vez de solar. Esto último era raro en la parte central de la Villa donde las casas se construían sin dejar espacio entre ellas, formando una especie de pared extendida a lo largo de las calles



(Foto Calle de Las Trampas, balcones musulmanes o moriscos)

En la “Revista Cultural y Comercial de Honda”**, alguien con un seudónimo de HERNAM escribe sobre la calle de “Las Trampas” así, “En la vida de Honda hay que vivir y visitar la calle de “Las Trampas”. Viviendo en uno de sus apartados grises se crea la ilusión de estar en un Kasbash árabe. Es una de aquellas callejuelas que se alargan como senderos de montaña de piso desigual, estrecha como atajo abierto por los animales, verdadero vericueto dilatado y tan profundamente misterioso que a su pesar habla en voz baja; trajinan por él innúmeras gentes que hacen recordar las MIL Y UNA NOCHES.
Tal la impresión que se experimenta. Parece que anduviera uno por la aldea de la Sultana que nos describe Dekamerón Negro; Sus puertas bajas y fuertes de bases ciclópeas, como paredes de cárcel, cuando se entreabren dejan ver los patios hondos las empingoroteadas ollas de barro, preciosos búcaros de flores que en acuarela vivida y multicolores campean las coquetas miniaturas, la sorprenden flor de malabar, y por sobre las cercas inclinadas o los postes destartalados se extiende la cobertura voluptuosa de la flor de baile que se abraza a ellos con invariable histeria en ondulante excitación. Al parecer se oyen los ruidos vagos de las casas que permanecen cerradas como cofres que guardan tesoros




(Foto Calle de Las Trampas, a la derecha Cuesta de Zaldúa)




La calle de “Las Trampas” es una garganta de piel requemada; tiene como un color extraño, deslumbrador y sin embargo, un poco apagado, al cual parece mezclarse un matiz violáceo que le da el sol en tarea incendiaria.

Casi en un extremo de la colonial calle, en donde se empina la cuesta de San Francisco hay una casa de arrendamiento. Allí, en la vivienda que nos sirve de estudio pasan las horas de reposo y las noches candentes. El aire parece ardido por la llama del último día. Una mañana, al levantarme con el alba, delante de la ventana abierta y desde la cual se advierte el ambiente tórrido, observé que alguien permanecía acurrucado sobre el frontón. Era un hombre para que la vida había pasado, maltrecho de mirada un poco undívaga, menesteroso y con un rostro que parecía acusar un pasado lleno de fortalezas. Qué hace UD?. Nada, contestó en medio de su extenuante victoriosa, recordando, recordando mucho………. Estas calles llevan sobre si muchos cansancios. Aquél hombre que lleva el pasado como un cruel torcedor, nos hizo pensar en la amarga mudez de la callejuela que carga sobre si un interesante acervo de hechos que fueron; ha visto el desfile de muchos hombres y con su aspecto sombrío, que también victorea, se recuesta bajo los alares empolvados como para aliviar en parte la fatiga de muchos siglos. Sin embargo, la calle de “Las Trampas” continúa cargando sobre su dorso tostado el aguijón de sus cuestas “ HERMAN. 1936.


(Foto, salida oriental de la Calle de Las Trampas)



UBEDA



Por poseer características similares, traigo a colación, estas dos fotografías, que pondrían en duda al lector, al comparar casi lo identicas o parecidas que son estos dos sitios en Ubeda en España, con la calle de Las Trampas en Honda, pero como la arquitectura nos llego de Andalucia, de ahi su parecido.


(Foto Palacio de Francisco de los Cobos, tomada del libro "Ubeda Renacentista" de Arsenio Moreno. Pág. 117).



(Foto. Calle Hernán Crespo. Tomada del libro. "Ubeda Renacentista" de Arsenio Moreno. Pág. 21)



Bibliografia.

*Honda. Una historia urbana singular. Armando Moreno Sandoval. Imágenes Bolívar. Bogotá. 1996. Págs. 80 y 81.
** Revista Cultural y Comercial de Honda. Ante-futuro. La calle de “Las Trampas”. Talleres H. Parra. C. Honda. Octubre. 1936, Pág. 10.
***Ubeda Renacentista. Arsenio Moreno Mendoza. Editorial Electa. Madrid. España. 1993.
****Fotos calle de Las Trampas, Carlos Bocanegra. Tomada del libro."De Paseo por la Villa de San Bartolomé de Honda, patrimonio de la humanidad. Tierio Murcia Godoy. Fabulario. Bogotá. 2008..

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